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La Facultad de Derecho celebró una mesa redonda sobre los cuidados como pilar del bienestar
En el marco del Día Internacional del Cuidado y el Apoyo Mutuo, la Facultad de Derecho organizó la mesa redonda “Compromisos públicos y privados en torno a los cuidados”, con la participación de especialistas de la academia, organizaciones sociales y colectivos de trabajadoras.
Con motivo del Día Internacional del Cuidado y el Apoyo Mutuo (29 de octubre, Naciones Unidas A/RES/77/317), la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid celebró el lunes 27 de octubre la mesa redonda “Compromisos públicos y privados en torno a los cuidados”, organizada en el marco del Grupo de Trabajo Clara Campoamor y con el apoyo del proyecto “Justicia ecológica y nuevas vulnerabilidades: desafíos jurídicos globales” (AEI, Ref. 2024/00209/001).
La actividad, moderada por Cecilia Güemes, profesora de Ciencia Política y Vicedecana de Relaciones Internacionales e Igualdad, abrió el debate señalando cómo el Estado de bienestar tradicional se construyó en torno al trabajo asalariado, invisibilizando el trabajo reproductivo y de cuidados. Invitó a reflexionar sobre quién asume hoy la responsabilidad de cuidar —el mercado, la familia, el Estado o la comunidad— y destacó la necesidad de redistribuir e institucionalizar los cuidados como una función colectiva y no como una carga individual o femenina.
El profesor Jorge Castillo Abella abordó el desafío de definir jurídicamente los cuidados, interrogándose sobre qué alcance debe tener ese derecho, cómo debe concretarse la noción de vulnerabilidad y qué mandatos específicos deberían guiar la acción administrativa sin trasladar cargas indebidas a las personas cuidadas.
Por su parte, Nerea Boneta Sádaba, de Oxfam Intermón, subrayó que los cuidados son el eje central de las desigualdades contemporáneas y recordó los hallazgos de los informes sobre trabajo doméstico y de cuidados elaborados por Oxfam. Advirtió que, en sociedades cada vez más envejecidas, crece la demanda de cuidados de larga duración, y alertó sobre la alta informalidad del sector, que profundiza las brechas laborales y de género.
Finalmente, María Juncay, integrante de Emakume Migratu Feministak, aportó la voz de las trabajadoras del cuidado, denunciando las condiciones de explotación y aislamiento en que muchas desarrollan su labor —en régimen de disponibilidad permanente y sin inspección efectiva— y reivindicó nombrar el trabajo de cuidados como tal, diferenciándolo del “empleo de hogar”.
El encuentro permitió poner en común miradas jurídicas, sociales y vivenciales sobre una cuestión clave para repensar el bienestar y la igualdad desde una perspectiva de género y sostenibilidad, y subrayó la importancia de la organización colectiva para transformar un sistema que sigue descansando sobre el esfuerzo invisible y desigual de quienes cuidan.
