Desde época de Winckelmann, erudito alemán del s. XVIII considerado
como el fundador de la Arqueología clásica, se ha considerado
el clasicismo (siglos V-IV a.C.) como el momento de apogeo del arte,
la historia y la arqueología de Grecia, aunque esta consideración
tiene muy poco sentido en la actualidad. Históricamente, las ciudades
griegas comenzarán derrotando la amenaza persa, para enzarzarse
a continuación, por todo el Mediteráneo desde Sicilia al
Mar Negro, en una larga serie de guerras entre alianzas de ciudades, dirigidas
sobre todo por Atenas, Esparta y Tebas. Desde el punto de vista arqueológico,
es la época en que predomina la información sobre el el arte
ateniense, con la edificación de los grandes edificios de la Acrópolis
y la expansión masiva de la cerámica de Figuras Rojas,
aunque otros centros tuvieron gran importancia.
El comienzo de la época clásica se define históricamente
por los ataques persas desde el 490 a.C., y arqueológicamente por
la destrucción de la Acrópolis ateniense en la segunda de
estas invasiones en 480 a.C. Suele distingue en el arte un 'Periodo Severo'
(c. 490-c. 450) del periodo 'clásico' propiamente dicho (c. 450
a.C. en adelante), mientras que en el terreno histórico se suele
distinguir el periodo comprendido entre las guerras médicas y la
guerra del Peloponeso, llamado pentecontecia, la propia guerra del Peloponeso
y el siglo IV a.C.. Convencionalmente el final de la época clásica
se sitúa en el año 338 a.C., cuando Filipo y su hijo Alejandro
derrotaron a las ciudades griegas en Queronea.