La Cultura Micénica (en términos arqueológicos Heládico
Reciente -HR- o Bronce Reciente) abarca a grandes rasgos la segunda mitad
del II milenio a.C.y se extiende por el sur de la península balcánica,
especialmente el Peloponeso, Ática, Beocia y Tesalia, para dominar
más adelante la isla de Creta. Es heredera de la tradición
local del Heládico Medio, como manifiestan sus primeros monumentos,
los Círculos A y B de Micenas, pero enriquecida por la adopción
del lenguaje formal del arte y la arquitectura del mundo minoico de Creta.
Su organización se basada en un sistema palacial, con centros
de poder territorial visibles en ciudadelas, a menudo fortificadas, que
incluyen palacio, almacenes, santuarios y archivos. La Cultura Micénica
tampoco puede entenderse sin analizar las relaciones con las grandes potencias
del Próximo Oriente, Egipto, el reino hitita, etc., ni el denso
comercio internacional del periodo que lleva a los micénicos a fundar
establecimientos permanentes tanto en las costas del Egeo como en el Mediterráneo
central. Es la primera cultura "griega" conocida, como muestra todo el
entramado mental y cultural de estas gentes, y como queda demostrado por
el lenguaje de las tablillas de arcilla de los archivos palaciegos, la
"Lineal B", adaptación a una lengua indoeuropea del más antiguo
sistema cretense o "Lineal A", que no transcribe una lengua griega.
Sus fases arqueológicas abarcan el final del Heládico
Medio y comienzos del Heládico Reciente, el HR I (entre 1650/1600
a.C. y el 1500 a.C.) cuando todavía no existen ciudadelas fortificadas,
aunque sí los Círculos de Tumbas de la aristocracia y naciente
monarquía. Avanzado el HRII (c. 1500-1400) aparecen los primeros
palacios
y se dominó el palacio de Cnoso en Creta. En el HRIIIA-B (c. 1400-1200),
la cultura micénica alcanzó su apogeo, para sufrir un brusco
colapso al final de este periodo. El HRIIIC (c. 1200-1100) es la fase crepuscular
del mundo micénico, cuya cultura material a duras penas se mantiene,
aunque ha desaparecido la estructura palacial.