Los expertos se unen para pedir una Política Agraria Común europea que apueste por la agricultura sostenible

Con el año a punto de finalizar, las instituciones europeas inician las propuestas legislativas sobre la nueva Política Agraria Común (PAC) y una nueva reforma dentro del marco financiero 2021-2027. Sin embargo, estas nuevas líneas han sido criticadas por los expertos en biodiversidad y ecología agrarias. Científicos de hasta cuarenta instituciones, entre los que encontramos investigadores españoles de varias universidades, entre ellas la UAM, y del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), se han unido para poner de manifiesto que estas reformas no tienen en cuenta la delicada situación actual de las zonas agrarias.

Ecosistemas cada vez más degradados, una constante pérdida de biodiversidad y una creciente dificultad para la viabilidad económica de la agricultura como medio de vida, son algunos de los problemas que nos encontramos en el panorama agrícola europeo. A pesar de la gravedad de la situación, los puntos propuestos para la nueva PAC son, según los científicos, insuficientes para abordar dichos problemas.

Una de las principales críticas es que las propuestas incluidas en la PAC se basan en un modelo no sostenible, justificado por la creciente demanda de alimentos para el consumo humano que se espera en el futuro debido al aumento de la población global. Contrariamente, la realidad es que en los últimos años se han modificado más tierras de cultivo para la producción de combustible y piensos para animales que para el consumo humano.

Otra política agraria es posible

Sobre la base de décadas de investigación, los científicos proponen una serie de medidas que permiten sentar las bases para desarrollar una práctica agrícola no sólo ambientalmente sostenible y útil como herramienta de conservación de la biodiversidad, sino también que favorezca al agricultor y evite así el abandono de los cultivos. Por ello, resaltan que poner en valor el papel de los agricultores es fundamental, no sólo como productores de alimentos, sino como agentes clave en la conservación de los ecosistemas agrícolas.

“El garantizar el funcionamiento de los ecosistemas agrarios para proporcionar unos servicios ecológicos a la población y a los agricultores, pasa ineludiblemente por conservar y promover la diversidad biológica de las zonas agrícolas”, afirma Manuel B. Morales, profesor en la Universidad Autónoma de Madrid e investigador del CIBC-UAM, y coautor del documento publicado en Zenodo, que en menos de 48 horas ha tenido casi 2000 consultas y más de 800 descargas y que presenta evidencias científicas de que otro modelo agrario es posible.

“Esto requiere medidas que tengan efectos significativos a escala de paisaje, adecuadas a las condiciones ambientales y tradiciones agrarias de cada región, y específicas de cada sistema agrario, evitando la dispersión actual de aplicación de medidas.” Por tanto, los investigadores concuerdan que las medidas deberían adaptarse al modelo agrícola de cada región, y que a su vez debe realizarse un seguimiento rutinario riguroso de su efectividad a través de indicadores probados científicamente.

“Por ejemplo, alguno de los sistemas agrarios más importantes en España, por su extensión y relevancia en conservación, son los secanos cerealistas y las dehesas. En ellos, los objetivos de conservación requerirían el mantenimiento de elementos del paisaje tales como linderos y charcas, evitar el aumento del tamaño de los campos de cultivo, limitar la expansión de cultivos leñosos intensivos y asegurar que un mínimo de un 10% de las explotaciones se dediquen a pastos extensivos permanentes y barbechos con cobertura vegetal.”

¿Y si la PCA no cambia su enfoque actual?

Los expertos han plasmado su preocupación por que la futura PAC no tenga como eje central el mantenimiento de la diversidad biológica y sus servicios ecosistémicos en los ecosistemas agrarios. “Lo que cabe esperar, si el enfoque actual no cambia, es que continúe y se acentúe la pérdida de diversidad biológica y, con ello, la funcionalidad de los ecosistemas agrarios. Esto conduciría al colapso de procesos que benefician al agricultor y a la sociedad en conjunto, como son la polinización de cultivos, el control de plagas agrarias y la renovación de nutrientes en el suelo.”

“Se produciría también la extinción de especies que actualmente están protegidas por las directivas europeas. Que están protegidas significa que los países miembros tienen la obligación legal de mantener y mejorar sus poblaciones. Además, estas especies atraen visitantes a las zonas rurales, contribuyendo a su viabilidad social y económica. En otras palabras, la pérdida de biodiversidad puede venir acompañada de una peor calidad de vida en los pueblos.”

“Después de décadas de investigación aplicada, sabemos cómo llevar a cabo medidas que posibiliten una agricultura sostenible”, añade Mario Díaz Esteban, coautor e investigador en el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC). “Sólo se necesita voluntad política y colaboración entre agentes sociales (administraciones, agricultores y ganaderos, otros usuarios del paisaje agrícola, y científicos) para hacerlo”.

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Elaboración de la noticia: Lara de la Cita

Referencia

Pe'er, Guy, Lakner, Sebastian, Seppelt, Ralf, Bezák, Peter, Bonn, Aletta, Concepción, Elena D., … Baumann, Franz. (2020, December 8). The EU's Common Agriculture Policy and Sustainable Farming: A statement by scientists (Version V2_8.12.2020). Zenodo. http://doi.org/10.5281/zenodo.4311314