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CSIPM

Música por Ucrania recauda 7.500€

05/04/2021Michael Thallium, responsable de comunicación del CSIPM
Mikhail Pochekin y Anna Fedorova

El violinista Mikhail Pochekin y la pianista Anna Fedorova

El concierto solidario organizado por la Universidad Autónoma y el Círculo de Bellas Artes recauda 7.512€

Madrid, martes 5 de abril de 2022.

El pasado jueves 31 de marzo se celebró el concierto solidario Música por Ucrania en el que intervinieron diez grandes artistas de distintas nacionalidades con el fin de demostrar que la música no entiende de fronteras. El lema fue “Dejemos que hable la música” y la música habló: Anna Fedorova (piano), Mikhail Pochekin (violín), Dana Zemtsov (viola), Claudio Constantini (bandoneón), Sofia Zholobova (piano), Boris Fedorov (piano), Elina Sitnikava (violín), Ihor Voievodin (bajo-barítono), Tatiana Melnychenko (soprano) y Vadim Gladkov (piano).

El 100% de lo recaudado se destinará a Cruz Roja Ucrania. En la siguiente lista de reproducción pueden verse algunos de los momentos que se vivieron en el teatro Fernando de Rojas del Círculo de Bellas Artes de Madrid: Música por Ucrania.

Fue un concierto muy variado y que, en boca de muchos de los asistentes, resultó ser emotivo. Hubo momentos muy especiales como la interpretación que el violinista hispano-ruso Mikhail Pochekin y la pianista ucraniana Anna Fedorova hicieron de Meditación de Chaikovsky o la Preghiera del compositor Michael Kugel que interpretaron la violista mexicana Dana Zemtsov y el pianista ucraniano Boris Fedorov. Muy emotiva resultó la interpretación de la joven Sofia Zholobova quien el pasado 8 de marzo se refugió en Madrid proveniente de Kiev. Igualmente memorables fueron las interpretaciones del bandoneísta peruano Claudio Constantini o las del pianista ucraniano Vadim Gladkov quien también acompañó al bajo-barítono Ihor Voievodin y la soprano Tatiana Melnichenko en sendas actuaciones. Fue precisamente la soprano quien cerró el concierto con el aria Pace, pace… mio Dio de la opera La forza del destino de Verdi.

¡La música no entiende de fronteras!