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Fuentes Literarias

El Bellum Hispaniense y las fuentes literiarias

Las principales fuentes escritas sobre Vlia, son las narraciones del Bellum Alexandrinum y el Bellum Hispaniense. En este marco general, nuestro interés se centra en el período de las campañas entre César y los hijos de Pompeyo en la zona y, particularmente, en los episodios de combate y asedio en el entorno de Vlia, de los que pasaremos a describir los aspectos más significativos para nuestra investigación a fin de cerrar la contextualización histórico-arqueológica de la intervención solicitada.   

El episodio de la rebelión de Marcelo contra el gobernador cesariano Casio Longino, en el año 48 a. C., es el marco en que Vlia cobra protagonismo por primera vez en los sucesos del período. El reclutamiento de una nueva legión y, sobre todo, los abusivos impuestos establecidos por Casio Longino en la provincia, motivaron la sublevación en Corduba de un grupo de ciudadanos de Italica, lo que, a su vez, provocaría una fractura en el ejército. Todo ello desembocó en un amotinamiento abierto de parte del ejército que se dirigía a la costa para embarcarse hacia África. (Bell. Alex. LIV, 3.). De los ocho capítulos que el bellum Alexandrinum dedica a la revuelta de Marcelo, cuatro de ellos narran la marcha de Longino desde Corduba hacia Vlia y el posterior asedio de la ciudad; el primer suceso bélico en el que aparece expresamente mencionada (Bell. Alex. LVII-LXIV). El gobernador desplegó sus tropas de forma que parte de ellas acamparon fuera de las murallas de manera que estas le protegieran de un posible ataque de Marcelo que había acampado también cerca de la ciudad.

Sabemos, asimismo, que este último tomó disposiciones para bloquear la ciudad y comenzó el asedio de la misma, del que no podemos determinar su duración El relato señala que la situación no había cambiado sustancialmente hasta la llegada de tropas de refuerzo solicitadas por Longino, concretamente los auxiliares mauritanos de Bogud y las fuerzas de Lépido, por entonces procónsul de la Citerior (Bell. Alex. LXII, 1). Con la llegada de Lépido vino la paz y Longino fue sustituido en el poder.

 

El segundo episodio bélico en el que se vio implicada la ciudad se produjo a fines del año 46 a. C, cuando César arriba a las costas hispanas. La Ulterior estaba entonces bajo el dominio de Pompeyo, habiéndose instalado uno de sus hijos, Sexto, en Corduba, mientras que precisamente Cneo sitiaba Vlia. Conocedores de la llegada de César, los habitantes de Vlia deciden solicitarle ayuda. César responde enviando una parte de sus tropas al mando de L. Vibio Pacieco, mientras que él se dirige a Corduba. Las fuerzas cesarianas logran penetrar en Corduba y Sexto Pompeyo pide ayuda a su hermano que desmonta el asedio de Vlia para socorrer a la capital (Bell. Hisp. I-IV). Por su parte, Dion Casio relata que César marchó directamente hacia Corduba tratando de atraer a Pompeyo en pos de sí y este último le siguió hacia la capital de la provincia dejando un contingente en Vlia al mando de su hermano Sexto. Posteriormente regresaría a Vlia, sólo para constatar que César ya había logrado introducir refuerzos en esta ciudad y que, además, estaba poniendo sitio a Corduba, por lo que Cneo Pompeyo levantó el asedio de Vlia y partió hacia allí (Cas. Dio. XLIII, 32, 3-6.). La versión del Bellum Hispaniense, por estar compuesta probablemente por un oficial cesariano que estuvo presente, nos parece la más probable. 

Tal y como señala Cortijo Cerezo, es probable que L. Vibio Pacieco, lugarteniente de César, llegase a Vlia desde Obulco, directamente por la vía que unía estos dos enclaves, mientras que César probablemente habría tomado una vía distinta para dirigirse a Corduba y no habría pasado cerca de Vlia, donde se habría encontrado con las tropas pompeyanas y se habrían producido indudablemente combates que el bellum Hispaniense no narra. Asimismo, la llegada de César a Corduba, habría sido muy poco después que la de su lugarteniente a Vlia, de manera que ambas acciones fueron casi simultáneas, a juzgar por la similitud de las tácticas que emplearon las tropas cesarianas en ambos casos y que parecen haber tomado por sorpresa a Cneo Pompeyo (Bell. Hisp IV, 2-3)

Respecto al sentido táctico de las maniobras sobre el terreno, se ha considerado que el ataque de César a Corduba fue un ardiz estratégico que tenía como fin último distraer a los pompeyanos para desbaratar, precisamente, el asedio de Vlia (Bell. Hisp. IV, 1).  Al contrario, Dion Casio, considera que el ataque cesariano contra Corduba perseguía tomar la ciudad y que el envío de refuerzos a Vlia, pretendía, únicamente, contribuir a que esta última no cayese mientras se asediaba la capital, opción que nos parece más probable (Cas. Dio. XLIII, 32, 5-6). En cualquier caso, el episodio del asedio de Vlia y Corduba ocupa nada menos que catorce capítulos en el bellum Hispaniense, un tercio del total, y dos en la narración de Dion Casio, lo que indica la importancia estratégica de la campaña. Cabe destacar que César no logró conquistar Corduba en esa campaña, lo que algunos autores han querido emplear para explicar la relevancia que se concede a Vlia en el relato. Según algunos investigadores el autor del bellum Hispaniense presenta la liberación de Vlia como el verdadero objetivo de la campaña debido, precisamente al fracaso ante la capital. A ello cabe objetar que, considerando las cifras de tropas que César envió a Vlia, debemos interpretar que tenía como objetivo prioritario atacar y conquistar Corduba siendo Vlia un objetivo secundario o, incluso, una consecuencia colateral de la estrategia del general romano. A ello habría que añadir que la toma de esta última ciudad le habría proporcionado mayores ventajas desde el punto de vista estratégico para su campaña hispana.

En definitiva, la liberación de Vlia, tal y como se ha señalado, le hubo de aportar a César notables beneficios, como el poder contar con una ciudad aliada y fiel en un entorno que, desde Obulco a Corduba, estaba ligado a la causa pompeyana.  A ello se ha de añadir la moral que supondría para sus tropas y su causa una liberación veloz de una ciudad amiga, así como la constatación de la superioridad táctica de su guerra dinámica frente a la estrategia “posiciones” de los pompeyanos. Aún así, no podemos, en ningún caso, considerar la campaña de Vlia, desde ningún punto de vista, como uno de los hechos bélicos centrales del período, sino en el contexto de la dura pugna por la ciudad de Corduba, y su entorno, estos sí, de interés capital en el desarrollo de la guerra para ambos bandos.

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