El martes 3 de marzo a las 12h se celebra la conferencia titulada Las plagas de topillo campesino y su control: del conocimiento básico a la ciencia de frontera a cargo de D. Javier Viñuela Madera, investigador del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC-UCLM-CSIC). El acto tendrá lugar en el Aula 110 del Edificio de Biología de la Universidad Autónoma de Madrid.
El topillo campesino (Microtus arvalis) está considerado el Vertebrado más dañino para la producción agraria a nivel europeo. Desde finales de los años 70 del siglo pasado, este roedor empezó a invadir las áreas agrarias a menor altura del Valle del Duero, colonizándolas en su totalidad en menos de 30 años, desde su área de distribución original, de carácter montano.
En estas zonas agrarias, sus poblaciones exhiben fluctuaciones aparentemente cíclicas, con explosiones demográficas cada 3-5 años, durante las cuales pueden alcanzarse densidades de más de 1000 topillos/ha en hábitat óptimo. Estas plagas causan daños a los cultivos y además pueden estar implicadas en la transmisión de zoonosis, en particular la tularemia. La investigación más reciente ha demostrado que ese carácter cíclico de las plagas a nivel regional es estadísticamente significativo (tiende a haber plagas cada cinco años) y que los cambios en el uso del suelo pueden explicar, mejor que cualquier posible cambio climático reciente, la expansión de la especie y la generación de plagas. La extensión de cultivos de regadío (en especial alfalfa), la reducción de cabaña ganadera extensiva y la concentración parcelaria han sido factores favorables para esta especie. Se ha comprobado también que la aparición de grandes plagas regionales desde 1988 está relacionada con el clima: su aparición tiende a ocurrir en años con abundantes lluvias primaverales y veranos relativamente frescos, tras inviernos con temperaturas relativamente altas.
Las plagas de topillos campesino se han tratado en las últimas décadas con rodenticidas anticoagulantes, que pueden llegar a causar un importante impacto en otras especie que consumen los cebos tóxicos o que carroñean topillos intoxicados, por lo que la UE esta restringiendo progresivamente su uso en medios agrarios, ya completamente prohibido en Alemania. En los últimos años también se está usando el fuego como técnica de control, a pesar de que no hay ningún dato conocido que avale su eficacia o utilidad.
En contraste, GREFA y varias instituciones científicas están ensayando el control biológico, incrementando la densidad de depredadores aéreos de topillos (Cernícalo vulgar Falco tinnunculus y Lechuza común Tyto alba) mediante la instalación de cajas-nido. Aunque el programa está siendo exitoso, habiéndose comprobado efectos significativos de la presencia de cajas-nido sobre la densidad de topillos a nivel de parcela y de paisaje, en la última plaga importante, registrada en 2014, se ha comprobado que necesita el apoyo de otras técnicas complementarias en un programa de control integrado. Entre ellas, hay que destacar las buenas prácticas agrarias, aunque están resultando difíciles de fomentar por razones variadas. Por tanto, se ha comenzado un proyecto financiado por la Fundación BBVA, cuyos objetivos básicos son: 1) evaluar el papel de las comadrejas como elemento regulador de la demografía de los topillos; 2) estudiar el papel de las infraestructuras lineales de transporte como vías de dispersión, fuente de colonización de cultivos o barrera al flujo genético, ensayando medios de trampeo masivo en estos medios lineales con superficie limitada; y 3) estudiar la comunicación química en esta especie para evaluar la posible utilidad del uso de feromonas atrayentes en combinación con sistemas de trampeo masivo.
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