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Tipos de Armas Defensivas

TIPOS DE ARMAS DE LA EDAD DEL HIERRO EN LA PENÍNSULA IBÉRICA

Aquírecogen los principales tipos de armas peninsulares de la Edad del Hierro, agrupados por su función, características físicas, tipos y variantes.

Para mayores detalles, consultar el trabajo de F. Quesada Sanz El Armamento Ibérico.

ACTIVAS

   

ESCUDOS

Circulares

Imágenes de ejemplo

Manillas


 
 

6 tipos de manillas metálicas

Vista frontal y lateral de una manilla (o sistema de empuñadura) de un escudo circular ibérico procedente del poblado del Castellet de Bernabé (Valencia). La caetra era un escudo circular típico de las poblaciones hispanas. En el ámbito ibérico solía tener un cuerpo de madera de entre cuarenta y noventa centímetros de diámetro, es decir, un tamaño medio. Se  agarraba mediante una empuñadura simple prolongada en dos aletas de hierro que aseguraban su fijación al resto del escudo, manilla que es el único elemento que suele conservarse. El escudo ibérico no solía tener umbo o protección metálica exterior para el puño. En la Meseta y en Lusitania los escudos circulares debían ser algo más ligeros, con una empuñadura más sencilla pero en cambio eran frecuentes los umbos de hierro.

Vista frontal y lateral de una manilla (o sistema de empuñadura) de un escudo circular ibérico
Tachones Umbos    

Grandes tachones circulares (IA, IB, IC)

Gran tachón central de escudo en bronce repujado (tipo Quesada IA). El ejemplar ilustrado procede de una  tumba en Griegos (Teruel), pero la mayoría de los ejemplares conocidos son del área ibérica. Este elemento de escudo, en realidad un umbo central ampliado con un ala muy grande, es característico de las fases antiguas de la panoplia ibérica y de la Meseta Oriental, a lo largo del siglo V a. C. El tachón cubría sólo la parte central del escudo, y no abarcaba todo su diámetro,  como aparece en la engañosa reconstrucción que ilustramos.

 

Gran tachón central de escudo en bronce repujado (tipo Quesada IA)

Grandes tachones radiales (IIA, IIB, IIC)

Una variante del tipo anterior es el gran umbo con prolongaciones radiales, de los que aparecen ejemplares tanto en el ámbito ibérico como en la Meseta. Contemporáneo y algo más tardío que el tipo anterior. El ejemplar ilustrado procede de Gormaz (Soria). Tipo Quesada IIA.

Una variante con un gran umbo con prolongaciones radiales

 

Umbos circulares (IIIA, IIIB, IIIC, IIID, IIIE)

Los umbos circulares son muy raros en el ámbito ibérico. El ejemplar ilustrado, procedente de la necrópolis de El Cabecico del Tesoro (Murcia) está fabricado en bronce y es un ejemplar único. En cambio, los pequeños umbos de escudo circulares en hierro son muy frecuentes en la Meseta desde el siglo IV a. C. en adelante, con numerosas variantes (tipos Quesada IIIA-E).

Los umbos circulares son muy raros en el ámbito ibérico

Ovales

Umbos

 

 

Umbo bivalvo

A diferencia del escudo circular, el escudo de forma oval o scutum es ajeno a la panoplia original de la Península Ibérica. En Cataluña, y rarísima vez en el sur, aparecen escudos planos  con umbo de hierro de tipo galo desde el siglo IV a. C. En el sureste peninsular los escudos ovales sólo parecen utilizarse desde fines del siglo III a. C. (Época de Aníbal), y por influencia del ejército cartaginés, que también usaba escudos ovales similares a los celtas. Un raro tipo de umbo de escudo de tipo galo es el bivalvo de hierro que ilustramos, procedente de Arcos de la Frontera (Cádiz).

A diferencia del escudo circular, el escudo de forma oval o scutum es ajeno a la panoplia original de la Península Ibérica
Umbo univalvo de aletas

El tipo más frecuente de umbo de escudo oval, es el llamado ‘de aletas’, como en este ejemplo de la necrópolis ibérica de Cabrera de Mar, Barcelona, cuya panoplia, sin embargo, es prácticamente gala. Este tipo de umbos, que protegían los nudillos del guerrero, y que a la vez podían ser empleados para golpear al enemigo en la cara o el pecho, nunca se emplean en escudos circulares.

El tipo más frecuente de umbo de escudo oval, es el llamado ‘de aletas’

Umbo circular

En cambio, algunos escudos ovales si podían llevar grandes umbos circulares de hierro, sujetos al cuerpo de madera del escudo con grandes clavos de cabeza hemisférica. Este es probablemente el caso de este umbo del siglo II a. C. de San Miguel de Liria (Valencia). Otros ejemplos similares se conocen en la cuenca del Ebro.

En cambio, algunos escudos ovales si podían llevar grandes umbos circulares de hierro

PASIVAS

CASCOS

 

 
 De materia orgánica    

Capacete
 

El tipo de casco más característico de los iberos parece haber sido una pieza de cuero que cubría cráneo, nuca y lateral de la cabeza, y que podía o no llevar un gran penacho, como en el caso de esta pequeña estatuilla del siglo IV a. C. hallada en la Bastida de Mogente (Valencia). Como estas piezas no se han conservado en el registro arqueológico, las conocemos sobre todo por representaciones en exvotos de bronce. Tipo característico del ámbito ibérico.

El tipo de casco más característico de los iberos
Tipo 'Osuna'

El relieve de Osuna (Sevilla), datable probablemente en el siglo II a. C., reproduce probablemente un tocado protector de nervios o tendones que parecen someramente descrito en alguna fuente literaria antigua. No sabemos su forma exacta ni su técnica de construcción.

El relieve de Osuna (Sevilla), datable probablemente en el siglo II a. C.
Mixtos orgánicos/metal

 

 

Tipo 'Porcuna'
 

El conjunto escultórico de Porcuna (Jaén) representa numerosas figuras de guerreros a gran tamaño. Fechable en el siglo V a. C. se representan diversos tipos de casco con crestas y adornos muy elaborados que tienen algunos paralelos en el Mediterráneo Oriental. Probablemente fueran capacetes de cuero con elementos y adornos metálicos. No se conservan cascos similares en el registro arqueológico. No se conocen representaciones similares en el ámbito meseteño.

El conjunto escultórico de Porcuna (Jaén) representa numerosas figuras de guerreros a gran tamaño

Tipo 'Cigarralejo'

Esta cresta de hierro decorada con lámina de plata procedente de la sepultura 277 de El Cigarralejo (Murcia) es probablemente la cresta de un casco de materia orgánica hoy perdido. Piezas posiblemente similares aparecen pintadas en algunos vasos cerámicos de Liria (Valencia) e incluso en un vaso de Numancia (Soria). Sin Embargo, el original de El Cigarralejo se gata a principios del siglo IV a. C., mientras que las imágenes pintadas son al menos dos siglos posteriores.

Esta cresta de hierro decorada con lámina de plata procedente de la sepultura 277 de El Cigarralejo (Murcia)
Tipo 'Liria'

Este ejemplo de casco procedente de Liria (Valencia) es muestra de la gran variedad de tipos representados en estos vasos de muy finales del siglo III a. C., pero que por lo general  tienen grandes penachos y crestas, diseñados para dar una apariencia más imponente al portador.

Ejemplo de casco procedente de Liria (Valencia)
Metálicos

 

 
'Alpanseque'

En la Meseta los cascos metálicos son muy raros. Este antiguo ejemplo hallado en Alpanseque (Soria) es un tipo casi único formado por varias piezas de bronce decoradas con repujados y remachadas entre sí con tiras de hierro. De aspecto bastante arcaico, este tipo parece exclusivo de la Meseta y puede fecharse en el siglo V a. C.

En la Meseta los cascos metálicos son muy raros

Céltico

Casco de hierro de tipo céltico alpino, del siglo IV a. C. hallado en la necrópolis ilergete de La Pedrera (Lérida), donde también apareció un caballo sacrificado con su bocado - rito céltico  inusitado en las áreas ibéricas más al sur -, una espada de La Tène verdadera, pero también una falcata. Este casco con guardanuca independiente - hoy perdido -, así como otros ejemplares parecidos en el área catalana, no deben confundirse con los cascos en forma de ‘gorra de jockey’ o ‘Montefortino’ de tipo más itálico y mediterráneo.

Casco de hierro de tipo céltico alpino, del siglo IV a. C.

Montefortino, Buggenum...

Casco de tipo ‘Montefortino’ procedente de la necrópolis de Pozo Moro (Albacete). El guardanuca conserva una inscripción latina. Esta pieza, como otras muchas halladas en sepulturas ibéricas, procede posiblemente de botín de guerra o de comercio en una época ya tardía de la Cultura Ibérica, a partir de fines del siglo III a. C. Estos cascos, originarios del área céltica de Italia, se hicieron muy comunes en todo el Mediterráneo Occidental, y producidos masivamente, llegaron a ser usadas incluso por los cartagineses. Cuando aparecen en territorio ibérico no deben considerarse de influencia celta, sino mediterránea. Curiosamente  los iberos solían desprenderse de las carrilleras metálicas, quizá porque les molestaba en combate. En las tumbas suelen aparecer inutilizados ritualmente, aplastados o como en la figura, golpeados con espadas. Cuando en la Meseta y la fachada atlántica los cascos conocidos de este tipo son modelos más tardíos, de legionarios romanos de época cesariana o augustea.

Casco de tipo ‘Montefortino’ procedente de la necrópolis de Pozo Moro (Albacete)

Local augusteo

La última fase de evolución de los cascos ‘Montefortino’ en Hispania es esta curiosa variante local típica de Galicia y compuesta por cascos de época de Augusto. Es una lujosa manufactura local de poca difusión.

La última fase de evolución de los cascos ‘Montefortino’

CORAZAS

   

                                    De materia orgánica

   

'Hombreras'
 

Una de las formas más habituales de protección corporal en el mundo ibérico son estas piezas acolchadas que cubren los hombros y se cruzan sobre pecho y espalda. Aparecen ya en  el siglo V a. C. Como muestran las esculturas de Porcuna (Jaén) y otros hallazgos escultóricos de Albacete y Alicante. Si las fechas comúnmente aceptadas de algunos exvotos ibéricos son correctas, esta protección debió perdurar durante los siglos IV y quizá III a. C. No se conocen ejemplares reales, por razones evidentes, ni tampoco imágenes en el ámbito meseteño.

Una de las formas más habituales de protección corporal en el mundo ibérico
Coleto

Tampoco conservamos restos de coletos o corazas de cuero, lino u otras materias orgánicas. Estas representaciones de Liria (Valencia) han solido tomarse como imágenes de cotas de malla o corazas de escamas ibéricas. Sin embargo no se conoce un sólo anillo de cota de malla, ni una sola escama de coraza entre más de seis mil armas ibéricas y celtibéricas. En realidad hay razones arqueológicas e históricas para creer que los iberos no emplearon este tipo de protecciones metálicas, salvo cuando lucharon bajo el pabellón de Cartago en Italia. En cuanto a las celtíberos y lusitanos, sólo una fuente literaria afirma que rara vez se empleaba la cota de malla, que es, como se sabe de origen céltico.

Tampoco conservamos restos de coletos o corazas de cuero, lino u otras materias orgánicas
Metálicas

 

 

 

Petos
 

Las corazas puramente de placa metálica son casi desconocidas en la Península Ibérica durante la Edad del Hierro. Sólo este arcaico peto de bronce repujado procedente de Calaceite (Teruel), datable en el siglo VI o mejor en el V a. C., de claros precedentes centroeuropeos, testimonia su empleo ocasional por algunos aristócratas de la fase antigua de la II Edad del Hierro.

Las corazas puramente de placa metálica son casi desconocidas en la Península Ibérica durante la Edad del Hierro
Discos-coraza

Los discos-coraza de bronce o hierro, sujetos mediante correas al pecho y a la espalda, parecen haber sido la forma de protección metálica más habitual entre los aristócratas del siglo V a . C. En torno al 400 a. C. Este sistema parece haber caído en desuso. Los discos coraza tienen su origen remoto en el Mediterráneo Oriental, pero posiblemente llegaron a Iberia a través de la Italia etrusca, toda vez que no hay traza de estos elementos en el período Orientalizante tartésico. El ejemplo lustrado procede de la necrópolis celtibérica antigua de Aguilar de Anguita (Guadalajara), aunque se conocen muchos más ejemplares procedentes de necrópolis ibéricas, así como representaciones en escultura.

Discos-coraza de bronce o hierro

GREBAS

 

 
De materia orgánica

 

 

Pelo, cuero...

Las grebas o cnemides de cuero o fieltro aparecen citadas en las fuentes literarias, y probablemente se usaran tanto en el mundo ibérico como en el meseteño. Se ataban a la pierna tal y como aparece representado en este vaso cerámico hallado en Numancia (Soria), que representa el combate singular entre dos héroes. Las grebas o cnemides de cuero o fieltro aparecen citadas en las fuentes literarias
Metálicas    
Bronce

Menos frecuentes que las de material orgánico fueron las grebas de bronce, de un tipo muy peculiar y distinto al griego. Aparecen ejemplares en varias sepulturas ibéricas a lo largo de toda la costa mediterránea desde Cataluña a Alicante) en fechas entre mediados del siglo VI  y el siglo V a. C., como en este ejemplar de la necrópolis de Cabezo Lucero en Alicante. También en los conjuntos escultóricos de Porcuna (Jaén) y Elche (Alicante), ambos datables en el siglo V a C., se representaron grebas muy similares, incluso con la decoración repujada. No se conocen todavía ejemplos de grebas de bronce en las necrópolis celtibéricas más antiguas, aunque es probable que acaben encontrándose, al igual que los otros elementos de la panoplia aristocrática ibérica del siglo V a. C. que ya han aparecido en la Meseta Oriental (tachones de escudo, discos coraza, grandes lanzas, etc.).

Menos frecuentes que las de material orgánico fueron las grebas de bronce

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