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Francisco Pina Polo, el historiador que estudia cómo hacían política nuestros antepasados

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Francisco Pina Polo, el historiador que estudia cómo hacían política nuestros antepasados

Francisco Pina Polo es catedrático de Historia Antigua en la Universidad de Zaragoza y Doctor Honoris Causa por la Universidad de Budapest

28/11/2025
Francisco Pina Polo, en su despacho. (Foto: C. Marco)

Francisco Pina Polo, en su despacho. (Foto: C. Marco)

A Francisco Pina Polo (Zaragoza, 1959) no le cuesta esfuerzo conceder entrevistas para hablar de su trabajo porque le apasiona lo que hace. Con una trayectoria académica brillante como investigador y docente de Historia Antigua a sus espaldas, su dominio de la materia es tal que disfruta hoy más que nunca impartiendo clases, con una oratoria y un manejo de la escena semejantes a los que pudo exhibir el cónsul Cicerón ante el mismísimo Senado romano.

Pina Polo, catedrático en el departamento de Ciencias de la Antigüedad de la Universidad de Zaragoza, es internacionalmente reconocido por sus investigaciones sobre las instituciones y la práctica política durante el periodo final de la República romana. Casualidades de la vida, su compañera se llama precisamente así, Romana. Sus estudios lo han llevado a realizar estancias por todo el mundo, prueba de esa internacionalización es su pertenencia al Institute for Advanced Study de Princeton (2012-2014) y, más recientemente, haber obtenido el título de Doctor Honoris Causa por la Universidad Eötvös Loránd de Budapest, al mismo tiempo que un colega alemán con el que mantiene amistad desde el año 1986, Johannes Hahn, lo cual le supuso una doble alegría.

“Todos los periodos de la historia de la humanidad son susceptibles de enseñarnos algo sobre nosotros mismos porque todos forman parte de nuestra memoria”

Coordinador del grupo de investigación Hiberus del Gobierno de Aragón y director del proyecto Vir Consularis, centrado en el papel político y social de los consulares (antiguos cónsules cuyo mandato había finalizado) en la Roma republicana y en la época de Augusto (218 a.C.-14 d.C.), Pina Polo se especializa en una etapa histórica de transiciones, de cambios, de crisis institucional y de crecimiento sobre la cual bien podría reflexionarse desde una perspectiva muy actual, aunque defiende que “todos los periodos de la historia de la humanidad son susceptibles de enseñarnos algo sobre nosotros mismos porque, al fin y al cabo, todos ellos forman parte de nuestra memoria”. 

Marco Tulio Cicerón, una fuente inagotable

En el marco de la República romana existe un personaje sobresaliente, una fuente histórica de indiscutible valor atendiendo a los centenares de cartas y decenas de discursos ante el pueblo o en tribunales, de obras de retórica y filosofía que se conservan y permiten a los investigadores reconstruir el periodo.  Francisco Pina Polo, que lleva varios cientos de páginas escritas y multitud de conferencias impartidas sobre Marco Tulio Cicerón, se enfrenta a este personaje de forma crítica, sin hacer apología, “siempre a sabiendas de que se trataba, no de uno que simplemente pasaba por ahí, sino de un político, un senador que fue cónsul y que tenía su ideología, tenía su manera de pensar sobre cómo debía estar organizada la República romana”. De lo que no le cabe duda al profesor es de que no existe entre los políticos de nuestro presente ninguno que le iguale en oratoria. “No me imagino a Cicerón ni a otros brillantes oradores de su tiempo en el Senado, en un tribunal o ante el pueblo ˗que eran los tres ámbitos donde la oratoria era posible˗ hablando con un papel delante”, afirma con rotundidad.

“No me imagino a Cicerón en el Senado, en un tribunal o ante el pueblo hablando con un papel delante”

El hombre hecho a sí mismo

Se ha convertido en un gran especialista en un destacado periodo de nuestra Historia pero, cuando llegó a la universidad, “hubiera podido hacer cualquier cosa, me gustaba todo: la geografía, la historia, el arte, la literatura, las filologías…”, confiesa. El joven estudiante estaba predestinado a las Humanidades y terminó decantándose por la Historia gracias a la influencia de dos buenos profesores de instituto. 

Se pasó los cinco veranos de la carrera excavando en el yacimiento arqueológico de Bilbilis y le interesaron especialmente la historia del Próximo Oriente, la historia de Grecia y la historia de Roma aunque, una vez más, lo que le hizo continuar su andadura por la Antigüedad fue el factor humano: “fue el profesorado de Historia Antigua que había entonces en la Universidad de Zaragoza, con el cual me sentí muy identificado personalmente y, desde luego, acerté, porque me he seguido sintiendo cómodo con los colegas de Historia Antigua durante toda mi trayectoria académica”.

Una trayectoria con la que Francisco Pina Polo se siente muy satisfecho y que supera con creces lo que de niño hubiera imaginado. Procedente de una familia modesta, fue el primero en llegar a la universidad, con todo lo que eso conllevaba: “ya el hecho de llegar a la universidad para mí fue un gran éxito y, desde luego, se lo debo a mis padres y a la sensibilidad que tuvieron al darse cuenta de que la posibilidad de tomar el ascensor social era estudiar. Era algo muy inhabitual entonces en el barrio en el que yo vivía”.

Francisco Pina Polo, con nueve años, en una foto cedida por él

Francisco Pina Polo, con nueve años, en una foto cedida por él

Su foto de perfil en Whatsapp resulta muy reveladora: ante el mapa de una España todavía en blanco y negro, un niño de en torno a los nueve años de edad se presenta erguido en su pupitre de madera, lápiz en mano, con una sonrisa entusiasta. Destacó por ser un estudiante aplicado, pero no solo a eso atribuye su suerte: “creo que, si hubiera nacido en otra familia, si hubiera tenido otros padres, seguramente hubiera dado igual si yo tenía buenas notas o no, porque entonces no era algo obvio que uno iba a estudiar si era un buen estudiante, dependía de otros muchos factores sociales”.

Si se tiene que quedar con algo, Francisco Pina Polo, que ha realizado valiosas contribuciones a la investigación de la Antigüedad a nivel internacional, destaca la dicha de poder dedicarse a su vocación y los buenos amigos que ha tenido la oportunidad de hacer y de conservar a lo largo del camino.

Cristina Marco de Prado es graduada en Periodismo y en Filología Hispánica por la Universidad de Zaragoza. Estudió el Máster en Periodismo Especializado en Cultura en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y ha trabajado en diferentes programas de Aragón TV, así como en los Informativos. Cursó el Título de Experto en Comunicación