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El destino incierto de los embriones congelados

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El destino incierto de los embriones congelados

Anualmente miles de embriones son almacenados en tanques de nitrógeno líquido.

01/09/2021Francisco Carrera Sorensen
Imagen de una brújula representando una invitación a decidir, acompañada de un cuadro en el que se incluye un gráfico que muestra los destinos seleccionados por los progenitores según resultados de estudio.

Una invitación a decidir. En el cuadro inferior izquierdo, representación gráfica de los destinos seleccionados por los progenitores según resultados de estudio / UAM, modificado del original en Pixabay

Cada año los centros de reproducción asistida de España envían miles de cartas certificadas a los pacientes que mantienen embriones congelados en sus bancos de almacenamiento. No son cartas cualesquiera; en ellas se solicita a la mujer o la pareja progenitora la renovación o modificación del consentimiento firmado previamente y en donde consta el destino elegido para sus embriones. En España la mayoría de estas cartas no son respondidas.

Un estudio reciente basado en 2.898 cartas enviadas,  reportó que el 60,13% de los pacientes españoles y el 59,3% los pacientes internacionales no las respondieron. Unos datos similares a los encontrados por la doctora Marisa López-Teijón, directora del Instituto Marquès de Barcelona. “El 59% de los pacientes españoles que finalizan un ciclo de reproducción asistida no comunican el destino que desean dar a los embriones que no utilizaron en el tratamiento que siguieron para ser padres”, señala a UAM Gazette.

La normativa legal en España

Según la Ley 14/2006, de 26 de mayo, sobre técnicas de reproducción humana asistida, “si durante dos renovaciones consecutivas fuera imposible obtener de la mujer o de la pareja progenitora la firma del consentimiento correspondiente, y se pudieran demostrar de manera fehaciente las actuaciones llevadas a cabo con el fin de obtener dicha renovación sin obtener la respuesta requerida, los embriones quedarán a disposición de los centros en los que se encuentren, que podrán destinarlos conforme a su criterio”.

Las razones por los cuales los pacientes dejan la decisión sobre el futuro de sus embriones en manos de los centros pueden ser múltiples, para López-Teijón. “No necesariamente responde a una actitud irresponsable de los pacientes. No es que se desentiendan, es que dan muchísima importancia a esta decisión y les produce conflictos emocionales.”

El continuo aumento de estos embriones sin destino asignado supone para los centros de reproducción asistida un sobrecoste en mantenimiento, almacenamiento y recursos humanos.

El tamaño del iceberg

En el último informe publicado por el Registro Nacional de Actividad de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), el número total de embriones almacenados en España al 31 de diciembre de 2018 alcanzaba los 595.541. Una cifra que aumenta a un ritmo de 30.000 a 50.000 embriones al año.  El doctor Fernando Prados, embriólogo de la SEF y coordinador del informe, es partidario de que “se evalúen medidas que permitan mejorar esta situación, en especial facilitar la posible donación segura de los embriones a parejas que cumplan con los requisitos para ello.”

Para algunas mujeres la decisión de desprenderse de sus embriones puede ser muy difícil. Es el caso de Ashley Strong, una británica que en una entrevista concedida a BBC News comentó que, aunque tiene tres hijos concebidos con fecundación in vitro y sabe que no quiere más, sigue pagando cada año por conservar congelados tres embriones en una clínica de Inglaterra. Han estado almacenados durante ocho años y todavía no ha podido tomar una decisión. A su esposo le gustaría donarlos.

La Ley 14/2016 permite a los pacientes cuatro posibles destinos para sus embriones congelados: la utilización futura por la propia mujer [o, en su caso, su cónyuge femenino], la donación a otras parejas con fines reproductivos, la donación con fines de investigación o el cese de su conservación sin otra utilización.

En el estudio comentado, el 26,39% decidió mantener los embriones para uso futuro, el 17,68% donarlos a parejas con fines reproductivos, el 31,00% donarlos para proyectos de investigación y 24,93% decidió el cese de su conservación sin otra utilización.

Adopción y donación de embriones

“Adoptar embriones es hacer un tratamiento para quedarse embarazada con embriones que han quedado sin destino asignado. Estos embriones quedan sin destino porque los padres biológicos no toman ninguna decisión respecto a qué hacer con ellos, quedando así bajo custodia del centro”, nos explica López-Teijón. La donación es diferente. “En el Programa de Donación los embriones proceden de parejas que los han cedido expresamente y por escrito a otras parejas “. 

En ambos casos los embriones proceden de pacientes sanos y mujeres menores de 35 años. “En muchos casos proceden de donantes de óvulos y/o de semen”. En el año 2004 Instituto Marquès puso en marcha el primer Programa de Adopción de Embriones del mundo.

La donación de embriones a proyectos de investigación es uno de los destinos más seleccionados por los pacientes y es una de las opciones que tienen los centros de reproducción para utilizar los embriones sin destino almacenados por años en sus bancos. Sin embargo, “no hay muchos proyectos de investigación en los que se precise la utilización de embriones.”, comentó a UAM Gazette la doctora Anna Veiga, del Instituto Idibell de Bellvitge  (Barcelona) y directora del primer estudio autorizado en España para  edición genómica de embriones humanos.

El proyecto, que recorrió un largo proceso de autorización, “intentará entender el papel de algunos genes implicados en el desarrollo temprano de los embriones”.

Cese de la conservación de los embriones congelados

Aunque esta opción sea seleccionada por los pacientes, es de difícil aplicación. “Requiere que se haya agotado el periodo fértil de la mujer receptora –la paciente dueña original de los embriones-y que eso se acredite mediante un informe médico elaborado por profesionales ajenos al centro donde fueron congelados los embriones”, nos comentó la directora del Instituto Marquès. “Este requisito hace que pocos de estos embriones hayan sido descongelados , ya que no recibimos esos informes, que deben gestionar los propios pacientes”, añadió.

Al final del día pareciera que, en el caso de los embriones congelados almacenados, no decidir es la forma más frecuente de decisión y decidir alguna opción de destino legal pudiera terminar siendo equivalente a no haber elegido destino para los embriones.

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Francisco Carrera Sorensen es Licenciado en Bioanálisis de la Universidad Central de Venezuela, Máster en Biología de la Reproducción Humana y Máster en Gestión Hospitalaria y Servicios de Salud. Desde 2002 ha trabajado y dirigido Laboratorios de Reproducción Humana Asistida en Venezuela, República Dominicana y Ecuador. Actualmente es estudiante de posgrado en el Título de Experto en Comunicación Pública y Divulgación de la Ciencia de la Universidad de Autónoma de Madrid.