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“Ahora está la urgencia de la pandemia, pero luego tendremos la del cambio climático”

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“Ahora está la urgencia de la pandemia, pero luego tendremos la del cambio climático”

Es común pensar que las grandes infraestructuras científicas y, por ende, los grandes descubrimientos, se dan en países lejanos. Pero nada más lejos de la realidad. Entre San Cugat y Cerdanyola del Vallés encontramos el Sincrotrón ALBA, la única fuente de luz sincrotrón de España que, desde 2012, ha sido tema de conversación recurrente entre los conciudadanos. Suelen detenerse frente a él, a menudo con asombro, otras con recelo, preguntándose qué ocurrirá tras esos muros. Por ello, hace tiempo que el sincrotrón ALBA ofrece visitas guiadas, tanto presenciales como online.

04/02/2022Cristina Martín Fuentes
Imagen de Caterina Biscari, directora del Sincrotrón ALBA

Caterina Biscari, directora del Sincrotrón ALBA / Sergio Ruiz

Caterina Biscari (Sicilia, 1957), directora del Sincrotrón ALBA, afirma que están haciendo un gran esfuerzo para darse a conocer por la sociedad. “Es importantísimo que, el que pasa por aquí o el que vea la palabra sincrotrón, sepa que es un instrumento suyo, que es un instrumento público” afirma.

Pese a los esfuerzos realizados desde la oficina de comunicación, Biscari se lamenta de la poca implicación de los medios al tratarse de divulgar noticias científicas. Si bien se ha visto con la pandemia un aumento en el interés social por la ciencia, destaca la importancia de no olvidarnos de ella una vez termine esta crisis: “Ahora está la urgencia de la pandemia, pero luego tendremos la del cambio climático”.

Aceleradores de partículas: ALBA y CERN

Aunque la física tras un acelerador de partículas es mucho más compleja, sus aplicaciones son semejantes a las de un microscopio común, pero, además de obtener información sobre la forma de las muestras, también permite estudiar las propiedades físicas de estas.

El ALBA dispone actualmente de ocho líneas experimentales operativas, con la capacidad de ampliarlas hasta un total de diecisiete.

Anualmente se realizan unos trescientos experimentos, acogiendo equipos de investigación de todas las nacionalidades. Es de esperar que Biscari no pueda referirse a un solo experimento cuando se le pregunta por cuál cree que ha sido el más importante realizado durante sus diez años como directora.

Y, aunque destaca los experimentos sobre el Covid-19 o la Hepatitis C, se reafirma en la belleza de emprender experimentos para entender el mundo que nos rodea. “Hay que hacer los experimentos también por el placer de descubrir y de entender”, comenta, añadiendo que, por esos mismos motivos, ella decidió estudiar física.

Biscari ha dedicado gran parte de su vida al desarrollo de aceleradores, como es el caso del CERN, el laboratorio de física de partículas más grande del mundo.

Si bien el CERN es más conocido que el Sincrotrón ALBA, debido a su implicación en la demostración de la existencia del Bosón de Higgs, afirma que los dos tienen objetivos distintos, aunque el impulso científico sea el mismo: “La diferencia principal es que el CERN está basado sobre todo en hacer ciencia fundamental. En ALBA, también hacemos ciencia fundamental, pero la mayor parte de los experimentos que se realizan son con posibles aplicaciones”.

       

Imagen de las líneas experimentales del Sincrotrón ALBA

Imagen de las líneas experimentales del Sincrotrón ALBA / Sergio Ruiz

       

Ciencia durante la pandemia

Se podría esperar que una infraestructura donde semanalmente rotan los usuarios que realizan los experimentos hubiese cesado su actividad durante el confinamiento.

Sin embargo, en ALBA consiguieron adaptarse rápidamente a la nueva situación, organizando los experimentos en remoto. “Nos mandaban las muestras y se hacían los experimentos con el usuario conectado por Zoom. Hemos desarrollado métodos para hacer control remoto a diferentes niveles”, comenta Biscari.

El período de la pandemia ha sido uno de los más duros del sincrotrón, según su directora. Al ser una situación excepcional, las leyes cambiaban semanalmente, obligándoles a adaptarse rápidamente a los cambios y convirtiéndoles en una pieza esencial en el estudio de la Covid-19. “Aquí también hicimos experimentos dedicados al Covid-19, por lo tanto, éramos un servicio esencial […] Gracias a la respuesta de todos los trabajadores de ALBA se han encontrado soluciones y hemos podido seguir trabajando”, destaca.

Pese a no ser la forma más deseada, esta situación ha acelerado el proceso de optimización de los sistemas de trabajo, de modo que, en la actualidad, pueden adaptarse rápidamente a todas las situaciones, facilitando el trabajo en remoto de los usuarios. Además, Biscari arroja un punto de vista positivo frente a esta crisis: “Tener menos usuarios presenciales limitará los viajes, que es importante, no sólo por la pandemia, sino por el medio ambiente”.

        

Vista aérea del Sincrotrón ALBA.

Vista aérea del Sincrotrón ALBA / Sincrotrón ALBA

         

Mujeres científicas

Uno de los grandes retos de este siglo es reducir las desigualdades de género en las instituciones científicas. Sin embargo, son aún escasas las mujeres ocupando altos cargos en estas. Por ello, la presencia de Caterina Biscari como directora del Sincrotrón ALBA es todo un ejemplo. Su trayectoria como científica fue reconocida en 2018 por la Fundación Woman’s Week, convirtiéndola en referente para muchas mujeres.

“Hace no mucho me encontré una foto de una conferencia del LINAC de 1984 donde participé. Yo era la única mujer en un grupo de unos 200 científicos”, destaca.

Las mujeres acceden cada vez más a carreras científicas, pero son pocas las que optan por las carreras STEM (acrónimo en inglés de las ramas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), decantándose considerablemente por las ciencias de la salud, según los datos más recientes del INE. “La ciencia es un impulso egoísta, porque una quiere entender para sí misma. Este impulso a los hombres se les acepta y se les ve bien. En cambio, que una mujer quiera aprender para sí misma… se ve distinto”, comenta Biscari.

Y aunque estos últimos años se ha visto un aumento paulatino en la presencia de investigadoras, sigue existiendo una gran brecha de género en el número de mujeres que deciden seguir su carrera en investigación, según el último informe del Ministerio de Ciencia e Innovación.

Biscari anima a las mujeres científicas a no desistir. “Lo importante es no tener miedo a equivocarse, a mostrar debilidades […]. Se puede ser científica y tener familia. Es compatible todo y, por lo tanto, no hay que renunciar a nada. Hay que ir a por todo”, concluye.

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Cristina Martín Fuentes es graduada en Química por la Universidad de Barcelona y especializada en Nanociencia y Nanotecnología Molecular por la Universidad Autónoma de Madrid. Durante su trayectoria científica se ha formado en diversas técnicas de microscopía electrónica y actualmente escribe su tesis doctoral en IMDEA Nanociencia.Ha impartido charlas divulgativas en varios eventos científicos y se encuentra cursando el título de Experto en Comunicación y Divulgación de la Ciencia en la Universidad Autónoma de Madrid.

Más cultura científica en UAM Gazette.