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Yago Ascasibar: “Las galaxias muertas no existen, esto solo ocurre en la teoría”
¿Qué ve un astrofísico cuando mira al cielo? Yago Ascasibar, experto en la formación y evolución de las galaxias, nos cuenta su particular punto de vista y las nuevas oportunidades que abrirá un instrumento cuya función ayudará a desvelar cómo se regula la vida de las estrellas.
Yago Ascasibar, junto al espectrógrafo AAOmega, del Telescopio Anglo-Australiano (AAT) ubicado en el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) / P. Ortiz.
Desde niño, Yago Ascasibar (Madrid, 1975) discutía con sus compañeros sobre si el universo era finito o infinito. Descubrió la relatividad especial de la mano de Carl Sagan y, por azar, en un libro en la estantería de la casa de su abuela. Hoy, esta vocación le ha convertido en un astrofísico de prestigio que cuestiona, con evidencias, las predicciones de algunas teorías científicas. Tras varias estancias posdoctorales (en Oxford, en el Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics y en el Leibnitz Institut für Astrophysik) y su paso por puestos destacados, como el de director del Observatorio Astronómico de la Universidad Autónoma de Madrid, trabaja en esta institución como investigador Ramón y Cajal desde 2012. Su desafío más reciente es el desarrollo del muestreo de galaxias Weave-apertif, que combina las observaciones de un radio telescopio europeo con las del nuevo espectrógrafo multiobjeto WEAVE (por sus siglas en inglés) del Telescopio William Herschel (WHT), instalado en el Observatorio del Roque de Los Muchachos, en Canarias.
¿En qué consiste el instrumento WEAVE?
WEAVE puede operar como espectrógrafo de campo integral en óptico, un instrumento de los que se están utilizando en los telescopios para medir el rango visible, el de la luz normal. Lo que consigue es tener una imagen, pero no con píxeles que te dan tres colores [rojo, azul y verde]. En cada uno de ellos tienes todo el espectro dentro del rango óptico. La información que tienes que barajar ahí es infinitamente superior a la que teníamos antes. En una “imagen” de 300 x 300 píxeles, tienes 90.000 espectros; WEAVE va a tener alrededor de mil. Mucho del trabajo científico que antes hacía un doctor en astrofísica, ahora lo realiza un ordenador apenas con supervisión humana. Esto permite obtener mucha más información sobre un objeto y elaborar mapas, como una foto de cómo va cambiando la abundancia de oxígeno, la temperatura del gas, la densidad u otros detalles que antes no tenías.
¿Cuál es su cometido en dicho proyecto?
APERTIF es el instrumento instalado en el radio telescopio europeo que hace las observaciones en radio. Nosotros vamos a observar con WEAVE en el óptico. Miramos la composición química, cuántas estrellas jóvenes hay, comparamos el movimiento de las estrellas y del gas caliente con el gas frío… Lo que intentas con la combinación de todos estos datos es entender los mecanismos por los que se regula la formación estelar.
¿Qué duración tienen proyectos de esta envergadura?
Ahora mismo estamos construyendo el instrumento. El proyecto, desde que comenzó a plantearse, puede llevar unos 15 años. Las escalas de desarrollo de un proyecto de esta envergadura pueden ser de una o dos décadas. El muestreo que vamos a realizar y las observaciones iban a ser cinco años, pero finalmente van a hacer falta siete para completarlo.
¿Cómo afectan las medidas anti-Covid a este tipo de investigaciones?
El desarrollo del instrumento ha sufrido un retraso de unos seis meses. Las mercancías y las personas no pueden circular libremente y hay muchos componentes que se han retrasado porque no podían pasar de un laboratorio a otro o un experto que tenía que montarlo en Canarias no podía exponerse a una cuarentena. Esperemos que no haya más retrasos. Ante un confinamiento domiciliario no es esencial hacer astronomía.
Ahora está inmerso en el estudio sobre si las galaxias mueren o no. ¿Han llegado a alguna conclusión interesante?
Es lo que contaba anteriormente de la regulación de la formación estelar. Si el mecanismo es muy violento, ‘asesina’ a la galaxia completamente. Entonces, en la galaxia que forma estrellas de repente ocurre algo horrible, explota el agujero negro que hay en el centro y ¡boooom! [gesticula expandiendo las manos], todo el gas sale hacia afuera y no vuelve nunca más. Es lo que llamamos una galaxia muerta, que no forma estrellas. Y eso es lo que sale en las simulaciones, pero no se ve. En realidad, las galaxias muertas no existen. Es mi opinión. Los científicos deberíamos ser más razonables, las posturas no deberían ser tan dogmáticas como en el fútbol y lo que estamos redactando ahora en el artículo es que existe una discrepancia. Las simulaciones predicen esas galaxias y en las observaciones no se miden tasas de formación estelar tan bajas. Se ve que forman pocas estrellas, pero pocas no es lo mismo que ninguna. Puede ser que las medidas no sean fiables, o que las simulaciones sean exageradas. Ahora mismo el paradigma teórico dice que la galaxia llega un momento en que se muere y deja de formar estrellas y eso solo ocurre en la teoría, en la práctica no se ve, pero puede ser que estemos haciendo las medidas mal. Habrá que resolver esa duda con mejores modelos y con mejores observaciones.
¿Podría detallarnos en qué consiste el algoritmo para la reducción de ruido en imágenes astronómicas en el que está trabajando ahora?
En realidad, el ruido es como el grano en la fotografía. Eso tiene utilidad a la hora de ver señales débiles, de fuera de la galaxia, y nos hace ser capaces de ver señales que de otra forma no se verían. Sería como ver una foto en el móvil de manera más nítida. Este tipo de cosas se desarrollan dentro de WEAVE. Mucho trabajo en ciencia se pone a disposición de la comunidad y probablemente lo pondremos a disposición para que lo usen, lo modifiquen y, si encuentran algún error, nos lo digan para que lo corrijamos. La visión que tenemos nosotros de comercializar un producto es como la que puede tener un empresario de escribir un artículo sobre la evolución de las galaxias.
Lejos de lo que vemos cualquiera de nosotros… ¿Qué ve al mirar hacia arriba?
Lo que más me sobrecoge del cielo nocturno, además de la belleza, es que soy consciente del tamaño que tiene y del que tengo yo. Realmente, 200 años en astrofísica se considera algo instantáneo. ¡Qué pocas cosas tienen importancia más allá de esa escala de tiempo! De todas las noticias superimportantes que retransmite la televisión, ¿cuántas le importarán a alguien dentro de un millón años?
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Fátima Ruiz es licenciada en Historia del Arte por la USAL y Máster en Arqueología y Patrimonio por la UAM. Durante más de dos décadas ha trabajado como periodista en diarios regionales y revistas del Grupo Prisa, así como en numerosas agencias de comunicación nacionales e internacionales. En la actualidad forma parte de la Unidad de Comunicación e Imagen Institucional de la UAM y cursa el Título de Experto en Comunicación Pública y Divulgación de la Ciencia de la UCCUAM.