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Patrimonio cultural, ¿una asignatura pendiente?

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Patrimonio cultural, ¿una asignatura pendiente?

Vandalismo, abandono o atentados camuflados de “restauraciones”. Estos son solo algunos de los contratiempos a los que se enfrenta hoy en día el patrimonio cultural. Pero, ¿alguna vez nos planteamos por qué sucede esto?

29/04/2021Ana Seisdedos
Imagen de una visita guiada al yacimiento de La Coba (Ávila) / Ana Seisdedos

Visita guiada al yacimiento de La Coba (Ávila) / Ana Seisdedos

Casi nadie se atrevería ni siquiera a tocar un cuadro como Las Meninas de Velázquez o El Jardín de las Delicias de El Bosco y, sin embargo, pocos se echan las manos a la cabeza cuando ven un grafiti sobre la ermita románica de su pueblo. Nos sobrecogemos cada vez que sale en la prensa un nuevo “Ecce Homo” y, sin embargo, apenas somos conscientes del patrimonio que se derrumba, día a día, en nuestras zonas rurales.

Según datos del Ministerio de Cultura y Deporte, España es el tercer país del mundo con el mayor número de bienes declarados en la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO, solo superado por Italia y China. 

Sin embargo, la otra cara de la moneda es que poseemos tanto patrimonio que, una gran parte de él permanece en la sombra, cada vez más desolado y degradado. Según la Lista Roja de Patrimonio, elaborada por la asociación Hispania Nostra, en España existirían en la actualidad un total de 825 elementos patrimoniales en riesgo de desaparición o destrucción.

Como recoge el preámbulo de la Ley de Patrimonio Histórico Español (1985) “el Patrimonio Histórico se acrecienta y se defiende mejor cuanto más lo estiman las personas que conviven con él”.

En la última década se han acrecentado las iniciativas en este ámbito en España. Todas ellas han surgido, sobre todo, a raíz de la realización del Plan Nacional de Educación y Patrimonio (2012). “Porque solo se protege y conserva lo que se conoce y se valora”. Esta es una de las premisas de este plan, el cual plantea la necesidad de aumentar las iniciativas en materia de educación patrimonial en nuestro país: “El desarrollo de estrategias y dinámicas de enseñanza-aprendizaje en torno al Patrimonio Cultural y los valores que le son inherentes supone una de las líneas de actuación más eficaces y rentables para garantizar la preservación de bienes culturales.

A partir de aquí han surgido otros proyectos para la implementación de actividades en el marco de la educación patrimonial. Un ejemplo de ello pueden ser planes autonómicos como el de la Comunidad Autónoma de Madrid (2018) o el programa “Vivir y sentir el Patrimonio”, desarrollado en 2019 por la Junta de Andalucía.

Terra Levis, un proyecto de arqueología en comunidad para transmitir el patrimonio

También han surgido iniciativas de algunas asociaciones a nivel local. Estas asociaciones son el último eslabón de esta cadena de entramado patrimonial y realizan una labor importante para dar a conocer y revitalizar la herencia cultural en las áreas probablemente más ricas y castigadas en este sentido: las rurales.

“Creemos que a la gente le interesa el patrimonio. El patrimonio y su materialidad, así como la propia memoria del paisaje, tienen la capacidad de emocionar”. Así lo explica a UAM Gazette Juan Pablo López García, arqueólogo y fundador del proyecto Terra Levis. Este es un proyecto de arqueología en comunidad centrado en la visibilización de los pueblos de la Sierra de Ávila, el Valle de Amblés y las Parameras.

Más allá del concepto tradicional de la arqueología, iniciativas como la de Terra Levis abogan por establecer un diálogo constante con las comunidades que forman estos paisajes culturales. “Es importante aplicar estrategias participativas a la hora de elaborar relatos atractivos para que las personas los sientan como propios”, sostiene el arqueólogo.

Actualmente se encuentran inmersos en la creación de un grupo de trabajo con profesores de los CRAs –Centros Rurales Agrupados-, alumnos, vecinos y técnicos de patrimonio. De este modo, “se catalogarán espacios patrimoniales importantes para las comunidades del entorno tales como sitios arqueológicos, etnográficos, historias de vida, leyendas, músicas… En definitiva: memorias”.

Tal y como lo percibe López García “un museo o un paisaje cultural […] pueden ser centros de transformación de primer orden”. A través de multitud de actividades, jornadas y talleres, defienden una educación patrimonial basada en un modelo dinámico y colaborativo ya que, para él, “con la multivocalidad en la investigación sobre el patrimonio se consiguen narrativas mucho más ricas y atractivas que conectan de forma directa con el público general”.

Patrimonio para jóvenes, apostando por las nuevas generaciones

Aunque la educación patrimonial es un ámbito abierto a todas las edades, son de especial interés aquellos que el día de mañana velarán a nivel personal e institucional por el patrimonio: niños y jóvenes. En esto nos insiste María Pilar Martínez Arce, presidenta de la asociación Patrimonio para Jóvenes.

“Creo que el interés de la gente por el patrimonio ha crecido en los últimos años. […] Bien es verdad que el rango de edad, a mi parecer, no avala en principio la continuidad del interés. El rango de edad está entre los 50- 80 años. A los jóvenes que se interesan por estas materias se les ve como “frikis” o “culturetas” y esa percepción es preocupante”, afirma a UAM Gazette.

Según Arce, no hay tanto un problema de desinterés por parte de la gente joven, sino una carencia a nivel educativo. “Los estudiantes, así como los jóvenes profesionales, son perfectamente conscientes de esas carencias y les generan cierto malestar interno, algún tipo de inquietud e inseguridad que no en pocas ocasiones disfrazan de desinterés o incluso desprecio”, sostiene.

Por todo ello, Patrimonio para jóvenes, a través de diferentes actividades, talleres y visitas guiadas tienen como finalidad concienciar a los jóvenes a través de la formación en la protección y conservación del arte y el patrimonio. La importancia de la educación patrimonial para su presidenta reside en que “una sociedad que desconoce sus raíces, su pasado con sus errores y aciertos, con sus modos de manifestarse en las artes acorde con sus épocas, es una sociedad que no puede comprenderse a sí misma”.

Enfocan su acción, especialmente, a las comunidades autónomas de interior y zonas rurales, desarrollando un modelo de educación informal y dinámico: “Lo primero que hay que hacer es crear un clima que baje esas defensas. Que cada cual asuma que va a pasar un buen rato, a despertar intereses y curiosidades, no a dar cuenta de nada ni a ser sometido a examen”.

Proyectos como Terra Levis o Patrimonio para jóvenes son solo dos ejemplos que podemos encontrar sobre la importancia que tienen las iniciativas de educación patrimonial a nivel local.

Quizá existe una falta de concienciación general en materia patrimonial porque haya sido percibido como un ámbito elitista o intelectual, por una carencia en materia de divulgación o de educación. No obstante, el incremento de asociaciones locales y de planes a nivel local y autonómicos en la última década parece indicar que esto mejorará y sentará precedente para las próximas décadas. 

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Ana Seisdedos es graduada en Conservación-Restauración de Patrimonio Cultural por la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y Máster en Arqueología y Patrimonio por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). Actualmente compagina su trabajo como conservadora-restauradora freelance con el Título de Experto en Comunicación Pública y Divulgación de la Ciencia en la UAM.