por Joaquín Córdoba
Especialmente dedicado a la historia de la investigación en Oriente Próximo antiguo, el redescubrimiento y la definición de las disciplinas histórico-arqueológicas, las actividades del Seminario Walter Andrae siguen dos vías: la difusión científica –mediante ciclos de conferencias, semanas didácticas y publicaciones diversas- y la de apoyo a la especialización en postgrado, complementaria y posterior a los cursos académicos.
La elección de la figura y el nombre de Walter Andrae (Leipzig, 1875 – Berlin, 1956) como cabecera y maestro epónimo de nuestro Seminario obedece a una deuda de reconocimiento y estima que todos tenemos con el que fuera una de las figuras más humana y atractiva de la generación legendaria de los viejos maestros.
Formado como arquitecto en Dresde, con 23 años consiguió la plaza de dibujante ofrecida por la misión alemana en Babilonia. Allí habría de convertirse en el discípulo predilecto de Robert Koldewey y junto con él, tras sus trabajos en Assur (1904-1914), llegaría a revelarse como el otro gran pilar de la ciencia alemana en Oriente. Organizador del Museo de Oriente Próximo de Berlin, su excelente carácter, su espíritu bromista y su capacidad artística hacen de él una figura excepcional.
Como símbolo del Seminario escogemos un autorretrato hecho a lápiz en Babilonia, en 1902. Con veintisiete años de edad, se nos antoja que Walter Andrae conserva en el dibujo que hiciera de sí mismo la mirada ilusionada y la alegría por la vida, por la ciencia y por los mundos lejanos que le llevaron a Oriente. Todo aquello que sería capaz de conservar durante toda su vida. Y en la senda por él marcada empeñamos nosotros también nuestra propia ilusión.