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Pieza del mes de julio: Traje de ansotana

Actualidad

Pieza del mes de julio: Traje de ansotana

01/07/2021
Imagen de la pieza del mes de julio. Traje femenino del Valle de Ansó.

Las pervivencias del pasado son evidentes en el traje femenino del valle de Ansó.  Los especialistas en indumentaria popular no parecen ponerse de acuerdo sobre el origen del traje, si bien es cierto que se citan con frecuencia dos momentos en la historia donde se utiliza el característico talle alto del traje ansotano: por un lado, la indumentaria utilizada por la servidumbre en el periodo de los Reyes Católicos y por otro, la moda estilo imperio del siglo XIX, con la que algunos han visto similitudes.

El traje ansotano destaca por su basquiña, compuesta por un sayo de lana verde abatanada, que cae en forma recta desde el pequeño cuerpo que se ajusta a la parte superior del pecho,  y que presenta más o menos pliegues según sea el traje para diario o para fiesta. Para los días de ceremonia se usaba el saigüelo, una saya de corte similar a la anterior, confeccionada con lana negra, más sobria y adecuada para la asistencia a los oficios eclesiásticos habituales.

Bajo la pesada basquiña, las mujeres llevaban una camisa larga, habitualmente reutilizada en la zona baja, que dejaba ver las hermosas mangas afaroladas decoradas con pequeños diseños geométricos realizados con punto de cruz. En ella destaca el cuello plisado, denominado “gorguera”, que se remata con un delicado encaje de bolillos.

Las mangas se cubrían con unos manguitos, “as mangas”, realizados en paño azul oscuro y decoradas con finos botones,  y que permitían mantener las extremidades calientes y evitar manchar la camisa. Las mangas se unen a la espalda con cintas de seda.

El traje que conserva el Museo de Artes y Tradiciones Populares puede englobarse dentro de la categoría de “fiesta”. Cuenta con algunas de las joyas y elementos más habituales, como el gran lazo sobre el pecho, denominado “escarapela” o los escapularios y vírgenes utilizados como elementos protectores y decorativos.

El peinado de churros es otra de las características de la mujer ansotana y que vuelve a conectar esta indumentaria con un pasado renacentista. Un peinado que permitía recoger el pelo en dos partes y envolverlo, junto con un postizo, con una cinta para formar así dos apretados cilindros -churros- que rodearán la cabeza,  y se montarán uno sobre otro en la parte superior.

El traje de fiesta se complementaría con joyería: pendientes de lazo, formados por tres cuerpos y  sofocantes, colgantes de varias piezas ajustados al cuello.