Las dos facetas de Blanca Romero, profesora de la UAM y preparadora física de la selección española de fútbol femenino

La selección española de fútbol femenino acaba de ampliar su palmarés con la victoria en la UEFA Women’s Nations League, tras una emocionante final en la que vencieron a Alemania ante 55.000 espectadores que llenaban las gradas del estadio Metropolitano de Madrid. Con esta victoria, España revalida el título de la edición inaugural 2023/24.

Desde 2020, la preparación física de las jugadoras de ‘La Roja’ está a cargo de Blanca Romero, profesora del Departamento de Educación Física, Deporte y Motricidad Humana de la Facultad de Educación de Profesorado y Educación. Feliz y entusiasmada por la victoria de la selección, nos explica que comenzó a trabajar como preparadora física al finalizar su licenciatura. Según ha comentado en numerosas ocasiones, su trayectoria se ha forjado a base de “trabajo, esfuerzo, humildad y pasión, mucha pasión”.

Siempre tuvo claro que quería estudiar Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. Al terminar, completó un doctorado y lo complementó con varios posgrados de especialización y el Grado en Fisioterapia. Coincidiendo con el final de la licenciatura comenzó a trabajar de preparadora física. Desde su primera experiencia en el filial del Rayo Vallecano Femenino, en 2010, hasta la llamada de la Selección, a la que se incorporó en septiembre de 2020, ha vivido, según cuenta, una gran transformación en su forma de entender el deporte de alto rendimiento. “Ha habido una evolución abismal, sobre todo en el manejo del dato. Hoy en día utilizamos tecnología, que te da muchísimas variables. Creo que la clave es poder elegir las variables que te van a ayudar a tomar decisiones, sin sentirte esclavo del tiempo que conlleva procesarlo todo”.

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Sobre esta base, la preparación física de las jugadoras parte de un análisis muy exhaustivo de la carga de entrenamiento y competición que realizan en sus clubes. “Tratamos de valorar y monitorizar a través de tecnología incorporada en los entrenos, lo que nos permite medir sin parecer que estás midiendo. Con ello, conseguimos realizar una toma de decisiones adecuada para individualizar la carga y los contenidos de entrenamiento a cada jugadora y que lleguen en las mejores condiciones a la competición”. 

Desde hace años, compagina su faceta como preparadora física con la docencia, dos papeles que constituyen un "complemento perfecto". Según explica, “necesito mantenerme actualizada constantemente, para poder dar al estudiantado un conocimiento basado en la evidencia científica. Y ser preparadora me obliga a aterrizar ese conocimiento científico a la práctica, haciendo que pueda transmitir esa experiencia a mis estudiantes para su mejor desarrollo profesional”.

Desde esa doble perspectiva, ella considera que es importante que las jugadoras cursen estudios universitarios. “Por suerte yo estoy en un contexto donde las jugadoras comprenden que el día de mañana, cuando finalice su etapa deportiva, han de tener un desarrollo profesional que les llene. Para ello necesitan poder ir preparándose en la medida de lo posible, compatibilizándolo, algo que en muchos momentos es bastante complicado”, explica.

Mientras pueda, seguirá compatibilizando ambas facetas. Afirma sentirse orgullosa de formar parte de la comunidad universitaria de la UAM. “Lo que más valoro es la cercanía con el alumnado y la posibilidad de aplicar enfoques prácticos y actuales en la enseñanza, algo que la UAM facilita con la consecución de recursos y su visión actual de la educación”, asegura.