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Carmen Yuste Calvo: “No me puedes quitar ninguna de mis dos partes, divulgación e investigación, me sentiría medio vacía”

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Carmen Yuste Calvo: “No me puedes quitar ninguna de mis dos partes, divulgación e investigación, me sentiría medio vacía”

En esta entrevista, Carmen Yuste, especializada en los campos de la biotecnología, biomedicina y virología, nos cuenta cómo compagina su investigación de los virus de plantas para distintas aplicaciones nanobiotecnológicas con la divulgación científica en redes sociales.

09/02/2021Mónica Blanco Freijo
Imagen de Carmen Yuste Calvo, biotecnóloga en el campo biomédico y divulgadora científica / Foto cedida por la investigadora

Carmen Yuste Calvo, biotecnóloga en el campo biomédico y divulgadora científica / Foto cedida por la investigadora

Carmen Yuste (Segovia, 1989) compagina su labor investigadora con la divulgación científica a través de su canal de YouTube "Con K de Potasio", por redes sociales como Twitter, Instagram, Facebook y TikTok y emisoras de radio autonómicas. Además, forma parte de la plataforma de divulgación SCENIO.

La doctora Yuste tiene una amplia formación científica, especializada en genética y biotecnología. Realizó sus estudios en la Universidad Complutense de Madrid donde obtuvo su Licenciatura en Biología, su Máster en Investigación en Ciencias Biomédicas y desarrolló su tesis doctoral en el campo de la nanobiotecnología dentro del programa de doctorado en microbiología y parasitología de la propia Universidad.

En la actualidad es investigadora postdoctoral en un grupo de investigación, liderado por el doctor Francisco Ponz, que forma parte del Centro de Biotecnología y Genómica de Plantas, uno de los ocho centros de investigación que han conseguido el sello de excelencia “Severo Ochoa” y “María de Maeztu”, un centro mixto entre la Universidad Politécnica de Madrid y el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (CBGP, UPM-INIA).

Su grupo de investigación se ha orientado progresivamente hacia los desarrollos biotecnológicos y nanobiotecnológicos de virus vegetales para su aplicación en múltiples áreas. Mediante distintas reacciones químicas específicas modifican las proteínas presentes en la superficie de los virus que permiten una gran variedad de aplicaciones biotecnológicas diferentes como, por ejemplo, en el campo biomédico.

¿Por qué recurren al virus de plantas y no a otro tipo de virus?

Antes de empezar en la nanobiotecnología, en el grupo de investigación siempre se ha estudiado con virus de plantas, es un centro de investigación agraria y ha estado enfocado a la agricultura.

Este grupo de investigación se ha dedicado al estudio del virus del mosaico del nabo y ha conseguido averiguar cómo este virus interacciona con las plantas, cuáles son las distintas vías de infección y cómo modificarlos para evitar los daños que este pueda ocasionar a las cosechas. A partir de ahí se interesaron por el campo nanobiotecnológico.

Utilizar los virus de animales tiene muchas ventajas en cuanto a sus aplicaciones biotecnológicas pero los virus que infectan a plantas también, así que mi jefe, el doctor Francisco Ponz, se decidió a investigar con ellos.

Desde el punto de vista económico, ¿qué ventajas tiene utilizar virus de las plantas?

En términos de producción, es más interesante trabajar con virus que infectan a las plantas. Para investigar con virus de animales, necesitas células animales, procesos costosos, instalaciones específicas y la escala es mucho más baja.

En cambio, para investigar con virus de las plantas solo necesitas un invernadero y tienes mayor producción, es decir, obtienes grandes cantidades de virus vegetales. Evidentemente, es más atractivo trabajar con virus de plantas desde el punto de vista económico.

Comenta que las modificaciones realizadas sobre la superficie del virus permiten una gran diversidad de aplicaciones biotecnológicas diferentes. ¿Nos puede hablar sobre ellas?

Sí, mis investigaciones se centran en su aplicación dentro del campo biomédico. Es verdad que dentro de mi grupo hemos explotado otra serie de aplicaciones como, por ejemplo, su uso en la fitorremediación - un sistema tecnológico basado en la capacidad de algunas plantas para eliminar contaminantes del medio ambiente - para evitar la acumulación de metales pesados en el suelo y en el agua, desde el punto de vista agrario.

En la actualidad tenemos un proyecto activo para mejorar el tema de plagas en plantas, utilizarlos como sistemas para evitar contaminaciones por bacterias, muy aplicable al campo biomédico. El problema de la resistencia de antibióticos está en todas partes, al igual que afecta a plantas afecta a los humanos, por lo que cualquier resultado que obtengamos en plantas se puede extrapolar a humanos.

Desde el punto de vista biomédico lo intentamos explotar desde vacunas, direccionamiento de fármacos, diagnóstico, etc. Todo depende de la imaginación que tengas.

En España tenemos los recursos que tenemos y no podemos avanzar tanto como nos gustaría.

Este año hemos sufrido la primera pandemia del siglo. ¿Cómo ha afectado a su investigación?

Debido al confinamiento estricto no pudimos hacer nada en el laboratorio, el trabajo de laboratorio no se puede hacer desde casa. Desde casa solo se podían preparar y revisar publicaciones, analizar resultados, y poco más. Hasta junio no pudimos hacer nada, el trabajo de laboratorio se bloqueó totalmente.

En cambio, los fondos no se han bloqueado y tenemos que seguir haciendo los reportes anuales. Tenemos tres meses menos para obtener esos resultados e igualmente tienes que presentarlos.

Concretamente, este año se decide si se renueva o no uno de sus proyectos relacionados con la alergia alimentaria. Hay que mostrar que tienes trabajo suficiente para que te lo renueve dos años más.

Además, tampoco se puede correr mucho porque tras las medidas tomadas para controlar la pandemia, se están aplicando en el centro de investigación medidas muy estrictas y el ritmo de trabajo ha cambiado completamente, no es el mismo que antes de la crisis por el SARS-CoV-2.

A pesar de todo, hay que seguir adelante como se pueda.

¿Qué le animó a comenzar en el mundo de la divulgación científica?

No conocía hasta qué punto se había desarrollado la divulgación científica en España ni sabía la cantidad de divulgadores maravillosos que hay en la actualidad.

Todo comenzó de forma muy inocente, subiendo fotos a mi cuenta personal de Instagram y explicando curiosidades de ciencias como, por ejemplo, que los bigotes de los gatos se llaman vibrisas.

Un buen amigo fue el que me impulsó a abrir el canal de YouTube, decía que con la facilidad que tengo para hablar y mi desparpajo por qué no me animaba a abrirlo.

Investigué y observé que había un nicho para ello. Por aquel entonces no existían muchas mujeres divulgando y menos hablando de biomedicina y biotecnología. Así que me animé a hacerlo.

Con la divulgación aprendo mucho, me lo paso muy bien, es un hobby estupendo, porque de comer no me da.

¿Qué le aporta la divulgación que no le aporta la investigación y viceversa?

En investigación yo me centro en mi campo y soy muy especialista en él. En cambio, la divulgación me aporta conocimientos sobre temas que en el día a día en mi investigación no estudiaría. Por ejemplo, en mi último vídeo del papiloma humano he aprendido muchas cosas.

Aprendo un montón y, además, he conocido gente maravillosa en el mundo de la divulgación.

En cuanto a la investigación, es algo que me gusta mucho. Me quitas la pipeta de las manos y me quitas la vida. Yo no puedo dejar de investigar, me encanta hacer los experimentos, aunque no salgan, analizar los resultados de algo que es tuyo.

No me puedes quitar ninguna de mis dos partes, divulgación e investigación, me sentiría medio vacía.

Desde que empezó la crisis por el coronavirus SARS-CoV-2, ha estado al pie del cañón divulgando ciencia relacionada con el nuevo coronavirus, explicando en qué consiste la enfermedad, aclarando muchos conceptos como, por ejemplo, en qué consisten las pruebas para diagnosticar la COVID-19. ¿Cree que es efectiva la divulgación para controlar las fake news relacionadas con la COVID-19?

Para los divulgadores nos resulta muy difícil quitarle una idea errónea a alguien cuando se les mete en la cabeza, a pesar de que pongas todas las pruebas sobre la mesa. Resulta frustrante no poder cambiársela. A veces no merece la pena ni discutir.

Además, sus argumentos no tienen sentido, desde el punto de vista científico, pero ellos se lo creen. Los negacionistas van a seguir siéndolo a pesar de lo que les digas.

Yo me quedo contenta con la gente que quiere aprender y saber cómo funcionan las cosas como, por ejemplo, la PCR o el test rápido. Los que no quieran aprender, ellos sabrán.

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Mónica Blanco Freijo es doctora en Química Orgánica, Máster en Investigación en Química por la Universidad de La Laguna y Experta en Información Alimentaria por la Universidad de Valencia. Ha trabajado como personal investigador y desde 2019 es asesora de Marketing Digital freelance.  En la actualidad es estudiante de posgrado del Título de Experto en Comunicación Pública y Divulgación de la Ciencia de la Universidad de Autónoma de Madrid. Además, es creadora de los proyectos de divulgación “DeCiencias”, “Guanchipedia” y “Feeldeporte”.