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Marina Arranz Álvarez: “La pandemia que estamos viviendo ha hecho que resurja la espinita que tengo por la virología”

Actualidad

Marina Arranz Álvarez: “La pandemia que estamos viviendo ha hecho que resurja la espinita que tengo por la virología”

Marina Arranz, bióloga con amplia trayectoria en biobancos, reflexiona en esta entrevista sobre la evolución de estas plataformas, que han pasado de estar infravaloradas por los investigadores a jugar un papel esencial en la investigación biomédica.

16/02/2021Ana Púa Bocos
Imagen de Marina Arranz, en el biobanco de IdiPAZ / Sandra Nieto Torrero

Marina Arranz, en el biobanco de IdiPAZ / Sandra Nieto Torrero

Las colecciones de muestras biológicas de origen humano y sus datos asociados se almacenan en los biobancos, estos establecimientos casi desconocidos tienen un papel crucial en la investigación biomédica y se han mostrado fundamentales durante la pandemia del COVID. Marina Arranz (Madrid, 1981) entró a trabajar en el mundo de los biobancos en el año 2011 y en enero de 2016 asumió la coordinación del Biobanco del Instituto de Investigación del Hospital Universitario La Paz (IdiPAZ). Es técnico especialista en Anatomía Patológica y Citología, graduada en Biología con Máster en Medicina Traslacional y futura estudiante de Doctorado en Virología en la Universidad Autónoma de Madrid. Marina ha trabajado durante toda su carrera profesional en investigación biomédica. En la actualidad apoya a la comunidad científica y biomédica a través de esta plataforma.

Lleva estudiando más de 10 años, compaginando vida laboral y académica y aún continúa formándose, ¿dónde encuentra su motivación?

Me motiva el aprendizaje, la inquietud y el conocimiento. Evitar el estancamiento y continuar siempre avanzando y creciendo.

¿Por qué ha decidido hacer el doctorado en el campo de la virología y dar ese giro?

[Risas] ¡Buena pregunta! Los virus me apasionan desde que era niña y con la pandemia que estamos viviendo, ha vuelto a resurgir esa espinita que tengo por la virología. Entonces le planteé a un investigador de microbiología del hospital -con el que tenía muchas ganas de trabajar- si quería ser mi director de tesis, y me dijo que sí.

¿Antes de empezar a trabajar en un biobanco conocía la existencia de estos establecimientos?

No sabía lo que era un biobanco. De hecho, es muy curioso cómo empecé a trabajar en el biobanco de IdiPAZ. Envié mi curriculum a alguien de la fundación y fue esa persona quien lo reenvió al director científico.  Así que tuve una entrevista sin ni siquiera haber aplicado y me cogieron. ¡Mera casualidad!

El biobanco de IdiPAZ ha participado en la Semana de la Ciencia y la Innovación en Madrid. ¿Qué acogida ha tenido?

Ha tenido muy buena acogida. Empezamos a colaborar en la Semana de la Ciencia el año pasado a raíz de recibir alumnos en prácticas de Anatomía Patológica y visitas de alumnos de dicho ciclo formativo. Vimos la gran inquietud que tenían y finalmente decidimos empezar a participar en este evento divulgativo.

¿La sociedad conoce la existencia de los biobancos?

Ahora se está visibilizando un poco más, pero hasta hace muy poco la labor que realizamos era desconocida para la sociedad. Sin embargo, ahora es más conocido el trabajo que hacemos por el plan de estudio de los ciclos formativos y de las carreras universitarias de ciencias de la salud. En ambos se incluye el término “biobanco” y esto despierta la curiosidad en los estudiantes. Además, la sociedad, fuera del ámbito científico, conoce más estos establecimientos gracias a las actividades de divulgación que hacemos en las redes sociales o en la Semana de la Ciencia.

¿Cómo te has sentido como divulgadora? ¿Consideras que es una labor importante?

Aunque no lo parezca, soy una persona un poco tímida y divulgar me supone mucha preparación mental, pero luego disfruto mucho este papel porque hacemos actividades muy divertidas.

Considero que la divulgación es una labor fundamental.

¿Cómo han evolucionado los biobancos en estos 10 años que lleva trabajando?

Cuando entré a trabajar en el mundo de los biobancos, estos llevaban alrededor de dos años funcionando. Al principio costó mucho concienciar de su importancia, sobre todo a investigadores, que tenían que entender qué era un biobanco y su finalidad. Pero ahora la situación es diferente, como es una plataforma de gestión y regulación de muestras tiene un papel esencial en la investigación biomédica y los investigadores lo valoran mucho. Ya no se concibe trabajar sin un biobanco implicado.

¿Los biobancos recogerán otro tipo de muestras o datos asociados?

Sí, aunque depende del biobanco. En el caso del de IdiPAZ, hemos pasado de recoger mayoritariamente muestras sólidas [tejidos] a recoger otro tipo de muestras a medida que aparecían distintos proyectos.

Los datos clínicos tienen que ir asociados a la muestra, sin ellos la muestra no sirve para nada. Es necesario saber de dónde viene dicha muestra y qué le ha pasado a un paciente, sus antecedentes.

¿La creciente demanda de llevar a cabo diagnósticos moleculares en muestras de tejidos está variando las necesidades de tejidos en los biobancos?

No varían las necesidades de los tejidos pero sí han variado los datos clínicos. Ahora, por ejemplo, el mundo molecular está ampliando su rango de marcadores, por lo que los investigadores aumentan las pruebas obteniendo resultados más concretos y, por tanto, completos.

Por ejemplo, existe un sistema de microdisección láser. Es un aparato que nos permite diseccionar cortes histológicos, de tal forma que, si un paciente tiene dos tipos de tumores, podemos seleccionar el tumor a estudiar y realizarle determinadas técnicas moleculares evitando el resto de “ruido” de la muestra. Vas directo al tumor.

Comentar, que de los cinco microdisectores que hay en España, ¡uno de ellos está en el Biobanco de IdiPAZ! [exclama].

¿Considera que el biobanco debe centrarse en las necesidades de los investigadores?

Sí, ayudamos a clínicos que están empezando a investigar y necesitan nuestra colaboración para redactar sus proyectos porque a veces no saben qué línea de trabajo seguir o cómo enfocarla, tienen claro qué hacer, pero no saben cómo hacerlo.  Sobre todo, necesitan un empujón porque su papel es más clínico que investigador. Nosotras les ayudamos a enfocar su proyecto.

¿Cómo está ayudando el biobanco de IdiPAZ a la pandemia?

Al trabajar en el Hospital Universitario La Paz (Madrid), que fue el epicentro durante la primera ola de la pandemia, lo primero que hicimos fue una obra en el laboratorio para adaptarlo y así poder recoger muestras COVID. Ahora mismo trabajamos codo con codo con los servicios de Microbiología, Medicina Interna, Bioquímica... Intentamos que la mayoría de las muestras COVID lleguen a nuestro laboratorio, por lo que estamos haciendo una seroteca muy potente.

Para conocer más este virus y avanzar en la investigación es fundamental recoger las muestras de los pacientes y, sobre todo, los datos clínicos asociados, saber en qué punto de la enfermedad están, si han sido críticos, si han estado en la UCI, si han sido asintomáticos...

¿Qué tipo de muestras cogen en los pacientes con COVID-19?

En este caso nosotras recogemos exudados nasofaríngeos, sangre total, suero y plasma. Pero con otras enfermedades obtenemos otras muestras, además de todo el banco de tumores.

¿Qué importancia tienen los biobancos en ensayos clínicos?

Tienen un papel fundamental tanto en ensayos clínicos como en proyectos porque siempre se necesitan muestras. Por ejemplo, un ensayo clínico en el que trabajamos es con una vacuna. Lo que hacemos es extraer las células de pacientes y vemos cómo reaccionan frente a los fármacos.

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Ana Púa Bocos es graduada en Biología y Máster en Biotecnología por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). En la actualidad es estudiante de posgrado del Título de Experto en Comunicación Pública y Divulgación de la Ciencia de la UAM.