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Errores radicales de nuestra educación que no estamos viendo

Actualidad

Errores radicales de nuestra educación que no estamos viendo

La editorial Hiares, en coedición con la Red Iberoamericana de Pedagogía (REDIPE) y la Red Educativa DIM-EDU, acaba de publicar el libro “Errores radicales de nuestra educación”. Los autores son los profesores Agustín de la Herrán Gascón y Ruitian Xu, miembros del grupo de investigación “Pedagogía, formación y conciencia”, de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM).

10/06/2025Agustín de la Herrán Gascón
Partada del libro “Errores radicales de nuestra educación”

Los ‘errores radicales’ no son los que todos podemos observar. Son equivocaciones graves que, como las raíces de los árboles, no suelen verse ni hablarse de ellas, por lo que pasan desapercibidas. Sin embargo, socavan y debilitan al ser humano, tanto en el plano personal como social, desde su educación o formación, de la que casi todo depende.

Enfoque radical e inclusivo de la educación

El texto es un planteamiento innovador, elaborado desde hace casi 4 décadas desde el “enfoque radical e inclusivo de la educación”, propuesto como cuarto paradigma del conocimiento pedagógico. Desde su perspectiva, con base en la complejidad y la conciencia, se deduce que nuestra educación es externa, superficial, y que, por tanto, está radicalmente equivocada, desenfocada.

El texto es una moción a la totalidad a nuestra educación e incluye una propuesta de reinicio del modelo estándar (Pedagogía normal, UNESCO, OCDE, Unión Europea, sistemas educativos nacionales, etc.) para entrar por el atrio de una ‘Pedagogía de máximos’ orientada a una ‘educación plena’, que no equivale a lo que comúnmente se denomina ‘educación’ sin comprenderse cabalmente.

Algunos errores radicales

Los ‘errores radicales’ descritos se han organizado en varias clases: 

Contextuales: por ejemplo, no incluir como parte del contexto educativo invisible el egocentrismo, la inmadurez y mediocridad generalizadas de nuestra sociedad, la dualidad, la miopía, la parcialidad, la estupidez, la creciente psicopatía, etc.

De enfoque: por ejemplo, ignorar que lo que se llama ‘educación’ es una forma de ‘pseudoeducación’, porque no se comprende en profundidad; desconocer que no se es consciente del significado de la ‘educación plena’; entender que la parte emergida del iceberg de la educación es la totalidad; pensar que el alumno y el hijo son los centros de la educación; considerar parcialmente la creatividad; centrar la educación en primer plano en desafíos globales y emergentes de nuestra sociedad, etc.

Insuficiencias: promover sólo una educación sesgada hacia lo externo y útil a los Estados (competencias, saberes disciplinares, valores, creatividad, autonomía, cooperación, pensamiento crítico y reflexivo, ética, compromiso con el cambio social, etc.), desatendiendo la ‘dimensión radical de la educación’, cuyo significado así mismo se ignora en absoluto, considerar que los ‘fines de la educación’ son los fines de la educación (plena), etc. 

Confusiones: identificar lo existencial y lo esencial, educación con aprendizaje (como único camino), educación y adoctrinamiento, educación universitaria y educación superior, etc.

Otros abandonos o exclusiones, como el ego humano y docente, la pedagogía prenatal, la muerte y su didáctica, el autoconocimiento esencial, la humanidad y su evolución interior o educativa, verdades absolutas en Pedagogía y Didáctica General, la meditación (no mindfulness), etc.

Dimensión radical de la educación

Se propone la inclusión de una ‘dimensión radical de la educación’, apoyada en 4 propuestas, a modo de pilares pedagógicos redefinidos:

Observar con la mayor objetividad posible qué estamos haciendo mal en la educación y qué estamos dejando de ver y realizar, como referencia orientadora de los logros educativos evidentes. 

Trascender el actual modelo de educación -psicologizada, globalizada y anclada en el patrón anglosajón en torno al aprendizaje (learning)-, para acceder a una ‘educación para una vida más consciente’. Ésta incluiría el aprendizaje, pero puesto en función de un ‘proceso evolutivo interior del ego a la conciencia’, en el que la adquisición de significados sólo es útil para un primer tramo de la ‘educación plena’.

Definir la ‘educación plena’ -de forma semejante a como se anhela la ‘salud plena’- como ‘formación radical e inclusiva’, definida por 5 dimensiones pedagógicas o didácticas: la mejor educación disciplinar posible, la mejor educación competencial posible, la mejor educación en conciencia posible, la mejor educación en reconocimiento, control y pérdida de ego posible y el autoconocimiento esencial. 

Tomar como referencias esenciales algunas ‘enseñanzas para una vida más consciente’ de educadores y pedagogos sublimes, excluidas de la educación occidental y globalizada, como las del buda Gautama o de los tres clásicos del tao (Lao Zi, Zhuang Zi y Lie Zi). Lo esencial de su didáctica no son las interpretaciones ni las elaboraciones realizadas por ismos egocéntricos posteriores.

La ‘dimensión radical’ es una carencia esencial de nuestra educación

El consecuente proceso de ‘radicación o enraizamiento’ de nuestra educación es un imperativo pedagógico no demandado aunque profundamente necesitado. El ‘proceso radical de cambio en educación’ es comparable al pasar de la imagen de una fotografía al objeto retratado.

El ‘enfoque radical e inclusivo’ redefine profundamente otros significados y ámbitos pedagógicos, como la noción de educación, el cambio e innovación educativa, y redefine la enseñanza, el currículo, los fines de la educación, los sistemas educativos, la educación inclusiva y la atención a la diversidad, la formación de educadores (padres, profesorado, medios de comunicación, sistemas sociales, etc.), la investigación en educación, etc.

El estudio de estos errores, tal y como se aborda en este libro, es un campo prácticamente inédito y esperanzador. Ni los organismos supranacionales, ni la Pedagogía, ni la Didáctica General actuales los han advertido e incluido en sus corpus científicos. Sin embargo, tomando como referencia el fenómeno, ¿cómo pueden ignorarse o proponerse una educación al margen de ellos? ¿Es demasiado pronto? Confiemos en que no sea demasiado tarde. 

Desde estas páginas se anima a incluirlos, primero, radicalmente, es decir, en la propia formación, y, después, en políticas educativas, proyectos de centro, programaciones didácticas, proyectos de innovación educativa, proyectos docentes, comunicación didáctica, investigación pedagógica, renovación pedagógica, etc.

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Referencia bibliográfica:

Herrán Gascón, A. de la, & Xu, R. (2025). Errores radicales de nuestra educación. Hiares-Red Iberoamericana de Pedagogía-Red Educativa DIM-EDU. https://hiarestienda.com/es/erroresradicalesennuestraeducacion 

ISBN 978-84-333-1912-8

Más información:  UAM Gazette