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El teatro clásico antiguo en la radio española

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El teatro clásico antiguo en la radio española

La Unidad de Cultura Científica añade a su canal de Youtube el documental de la investigadora Carmen González Vázquez sobre las emisiones radiofónicas de obras cumbres del teatro clásico en la primera mitad del siglo XX. En este artículo la investigadora relata en primera persona su investigación sobre estas retransmisiones tan interesantes y poco conocidas.

06/03/2024
Fotografía en blanco y negro de un grupo de personas.

Cuadro de Arte y del ruidero José Luis Inurrieta en Radio San Sebastián en 1952; en la pecera están los profesionales de música y realización y, sentado, Juan Cuberta, el director. Fondo Bengoetxea

Hace unos años encontré un anuncio por palabras en el que se publicitaba la retransmisión de Medea de Eurípides en el año 1930 en Unión Radio. Nos picó la curiosidad y gracias a la financiación de la Fundación BBVA y la SEEC hemos podido hacer una investigación pionera que compartimos contigo. Si te interesa, puedes ver nuestro documental en el canal de Cultura Científica de la UAM.

En 1925 nació Unión Radio bajo la presidencia de Ricardo Urgoiti, que entendió rápidamente el potencial del nuevo medio y la importancia de incluir la cultura en su programación. En solo dos años, el éxito del radioteatro se puede seguir en las “Cartas al Director” de la revista Ondas. El teatro radiado era una vía de promoción para los intérpretes que iniciaron su carrera en las ondas o que llegaron a antena procedentes de compañías de teatro, siendo los Cuadros escénicos la mejor escuela de formación y una plataforma para darse a conocer. Para los intérpretes era un reto trabajar ante un micrófono sin público y también acertar en el tono y timbre de voz. 

Imagen de recorte de periodico en formato vertical.

Publicidad de la reposición de Medea en la revista Ondas en agosto de 1931

El primer título estrenado como obra completa fue un “arreglo radiofónico” de la tragedia Macbeth. Títulos de repertorio clásico antiguo, español y europeo se alternaban con otros comerciales o nuevos, pues muchos autores aprovecharon el nuevo medio para estrenar obra y promocionarse.

En julio de 1926 llega a la antena española y también a la europea la primera obra clásica completa: Las nubes de Aristófanes.

El humor es importante en la cartelera radiofónica de la época y las obras de Carlos Arniches, de Pedro Muñoz Seca y de Enrique Jardiel Poncela regocijaron al oyente al mismo tiempo. Cada obra programada no es producto de la improvisación, con una estructura de trabajo bien diseñada: se anuncia el título en Ondas; se publica un comentario de la obra varios días antes de la emisión para que el oyente la conozca; se avisa qué día y a qué hora se va a emitir (normalmente a las 22:00h); se vuelve a anunciar y se publica quién hace la adaptación; el cuadro artístico emite la obra y se publicitan sus nombres con la "distribución de papeles según el talento y la voz". 

El teatro radiofónico es definido sin complejos como una “función teatral representada por radio”, con unas reglas definidas:

- Reducción de la duración de las obras. 

- Eliminación de personajes que estorben la trama, que es preferible sea lenta y sencilla en sus acotaciones.

- Incorporación de un nuevo personaje que oficie el papel de “explicador” para contextualizar el argumento, para resumir aquellas partes que se han cortado o resumido en la adaptación. 

- La voz es el elemento determinante para la elección de los actores y actrices. 

- Alternancia de sonidos y pausas durante la interpretación, sin interrupciones: el silencio dramático es citado por primera vez. 

- Las “ilustraciones musicales” son un “poderoso aliado”.  

En 1930 vuelve “el teatro "más abandonado e ignorado, el teatro clásico: griego y romano (…) Nadie se arriesga a ponerlo en escena. La antena sensible de Unión Radio ha recogido esta necesidad cultural, y a partir del 9 de octubre ofrecerá a sus oyentes las principales obras del teatro antiguo, creando una especie de ciclo escénico de extraordinario valor cultural y artístico…”. Es el estreno absoluto de Medea de Eurípides, repetida con éxito en la parrilla hasta 1931 e incorporando técnicas del cine en el radioteatro.  En la crisis económica de 1932 encuentra su oportunidad el Pluto de Aristófanes, última obra de ese proyectado (y frustrado) ciclo.

Otra Medea ocupará los micrófonos de Unión Radio en junio de 1933: a las 19h. se oyó en directo Medea de Séneca desde el abarrotado Teatro Romano de Mérida. Un estreno sin precedentes, no sólo no elogiado, sino silenciado o criticado por la prensa española de la época; un costoso reto a nivel técnico y económico al retransmitir por primera vez con calidad una obra de teatro representada al aire libre, anticipándose otra vez a otras representaciones europeas que se emitirán por antena. 

El radioteatro llenará las horas de los españoles en la difícil década de los cuarenta. El sueldo para el Cuadro era de 25 pesetas, cicatero emolumento para unos artistas que actuaban en directo, también en domingo y en festividades. Antonio Calderón lideró la parrilla desde 1942 con “La hora de Galerías”, que derivó en el nombre “Esenciales. Teatro del Aire” en 1947, ofreciendo a los radioyentes títulos de repertorio universal y también nuevas obras compuestas para el radioteatro, de una hora de duración aproximada. Los “Teatros del aire” en Madrid se grababan por la noche en el Estudio 2. Según la actriz Matilde Conesa, a la una de la madrugada les subían algo de cena y trabajaban hasta las seis de la mañana, volviendo al estudio también por la tarde para las funciones de la tarde-noche.

El Cuadro Escénico de Radio Madrid retransmitió Las Troyanas de Eurípides a finales de 1949, de la que sólo queda un anuncio por palabras. Revelador título para una España de posguerra. No como el Edipo Rey de Sófocles en versión de José María Pemán, que, además, rodaba por nuestros escenarios, protagonizada por los intérpretes del Cuadro Escénico de Radio Barcelona en 1954, bajo la dirección de Armand Blanch. El beneficioso alcance de la radiodifusión lo aprovechó Pemán para difundir una ideología franquista diseminada entre los versos de Sófocles.

También Antonio Calderón programa Edipo Rey, además de Edipo en Colono y Antígona de Sófocles. Para la preparación del libreto que Luis Durán dirigirá en Teatro del aire (1961) apuesta por Rosa Alavedra, ex-trabajadora de Unión Radio-Barcelona, de donde fue trasladada como represaliada, parece, a Radio San Sebastián. Una mujer emparentada con personalidades exiliadas o encarceladas, de izquierdas y silenciada que hace radioteatro después de veinte años. Y no desaprovecha la oportunidad: adapta la traducción catalana de Carles Riba, quien también pasó varios años en el exilio. Se publicita como una “adaptación libre”, pero es fidedigna al original, de unas dos horas, en la que hay sutiles y significativas intervenciones por parte de Rosa para guiar en clave política la interpretación: el agón entre Edipo y Creonte sobre el poder y su repercusión en la ciudadanía, traspasando la censura.

Rosa Alavedra no completó la trilogía y no se volverá a oír en la radio la obra de un autor griego, pues la Antígona que faltaba llegó en 1968 a la SER pero en la versión de Jean Anouihl. Jaime Jaimes contuvo la tragedia en una hora, en la que encontramos una intervención de la censura para que el público “comprendiese” las razones por las cuales un tirano firma decretos inamovibles... 

No son muchos los títulos retransmitidos, sobre todo en comparación con los cientos de obras que llegaron a antena. Pero son importantes, porque esos profesionales se atrevieron a adaptar e interpretar obras clásicas en España antes que en otros países, buscando cierta relación entre el momento social y el título elegido; porque entendieron que la radio era un medio para democratizar la cultura; y porque vieron en la invisibilidad de la radio una manera de sortear las costosas dificultades de una puesta en escena. La emisión en TVE2 del Ciclo “Teatro de Siempre”, donde se programaron catorce comedias y tragedias de dramaturgos antiguos, fue el puntapié que sacó ese repertorio de la parrilla. 

Carmen González-Vázquez es Catedrática de Filología Latina en el Departamento de Filología Clásica de la Universidad Autónoma de Madrid. Centra su investigación en el teatro antiguo, la lexicología, la literatura y sus formas de recepción. Es teatróloga de la Asociación de Directores de Escena de España, Académica de número de la Academia de Artes Escénicas, miembro del Instituto del Teatro de Madrid, de la International Association of Theatre Critics, del Centro Internazionale di Studi Plautini y del Instituto de Ciencias de la Antigüedad (UAM).

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