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Voces de las hechiceras en la historia judicial

Investigación

Voces de las hechiceras en la historia judicial

A través de un meticuloso análisis de las transcripciones inquisitoriales, Susana Gala Pellicer analiza el discurso de las mujeres acusadas de hechicería en el siglo XVII, y plantea cómo sus palabras, inicialmente expresadas en el ámbito de la oralidad, fueron transformadas en documentos judiciales.

25/01/2024por Susana Gala Pellicer
Fotografía del testimonio de la entrevistada.

Documento perteneciente al Archivo Histórico Nacional Español, Tribunal de Valencia, con signatura AHN (1623), leg. 12, caja 525.

Por descargo de su conciencia

Vicenta Gracia Almenar se presentó voluntariamente ante el Tribunal de la Inquisición de Valencia el día catorce de noviembre de 1623 para confesar la práctica de rituales mágicos.

En su declaración, Vicenta confiesa haber hecho uso de oraciones consideradas heréticas, dirigidas a figuras como santa Elena, la estrella, el sol o san Antonio de Padua. También menciona la elaboración de pócimas y mejunjes, junto con otras prácticas de hechicería comunes en aquel tiempo.

De Vicenta sabemos, gracias a su declaración, que tenía veinticinco años “poco más o menos” en el momento en que se celebra el juicio, que vivía en la calle de Barcelona y que aprendió la magia de su tía, Francisca la Gila. Dice haber acudido al Tribunal “por descargo de su conciencia”.

Huellas de marginalidad

El relato de la hechicera está salpicado de menciones a las relaciones sociales —vecinos, amantes, amigos y también enemigos— y familiares, donde su tía tiene una relevancia preeminente, creando un microcosmos de la marginalidad en las páginas del proceso.

Aún más interesante, su discurso contiene menciones al amor, a la sexualidad, a los miedos y los anhelos que se manifiestan en su vida cotidiana. En este sentido, los procesos inquisitoriales constituyen una fuente excepcional para conocer aspectos privados de los encausados, personas humildes de las que, de otro modo, no habría quedado rastro documental alguno.

Confiesa, así, Vicenta que ha tenido “traviessas” con un mozo, Vicente, que ha incumplido su promesa de matrimonio, y nos da detalles reveladores de este suceso:

“Habiendo tenido esta traviessas con un moço llamado Viçente Valdés […] con intento de que se casase con ésta habrá seis o siete años retirádose el dicho moço de hazerlo, y trayendo pleito sobre ello, una muger llamada Francisca Gila, tía desta hermana de su padre, para fin y efecto que dicho moço se redugiesse le hizo a ésta una oraçión […]”.

 
Fotografía de textos corregidos en uno de los legajos.
 

Documento perteneciente al Archivo Histórico Nacional Español, Tribunal de Valencia, con signatura AHN (1623), leg. 12, caja 525.

Coro de voces

El texto transcrito a partir de la confesión también aporta descripciones pormenorizadas de los consejos y remedios que dispensa a los clientes, algunos de ellos directamente referidos a la sexualidad.

Por ejemplo, con el fin de devolver a la virilidad a un hombre recurre a la ayuda de su tía, hechicera experta en el caso, quien recomienda “que truxesse una azada y que avía de meter en el agujero del palo su miembro, metiédole y sacándole muchas vezes y dándole sahumerios con los polvos que ella compraría”. 

Así, el proceso deja rastro de un compendio de experiencias cotidianas y vivencias de las mujeres encausadas. Entre ellas se incluye otro aspecto relevante: la voz (o, más bien, coro de voces) de Vicenta y de quienes la acompañaron.

Las menciones a la enunciación de las palabras, esto es, a las voces de las mujeres, son una constante en el proceso sometido a análisis. Las modulaciones de la voz, los ritmos o los contextos performativos en los que se emiten parte de los discursos, aparecen referidos entre las confesiones.  

Sin embargo, analizar las declaraciones de las mujeres acusadas por la Inquisición presenta desafíos interpretativos complejos.

Vínculo histórico

A medio camino entre la oralidad y la escritura, las confesiones realizadas por las hechiceras en contexto judicial están condicionadas por factores tales como el proceso de transcripción del discurso (patente, por ejemplo, en la presencia de errores y lapsus de escritura introducidos por el escribano) o el propio contexto de emisión (que implica el uso de un registro formulaico), entre otros, que invitan a abordar la investigación desde la cautela.

Por esto, en el artículo 'La voz de la hechicera. De la narración oral al registro judicial', publicado en Neophilologus, me propongo revelar nuevas perspectivas sobre cómo se construye el discurso de las mujeres acusadas, además de analizar la transformación de sus palabras desde la oralidad hasta su documentación en registros judiciales.

En suma, el texto transcrito de la confesión constituye el único vínculo con las experiencias vividas por las hechiceras y nuestra época actual. Este documento es un testimonio vivo, aunque mediado, de la interacción entre las culturas oral y escrita, así como entre la ortodoxia institucional y la práctica de rituales heterodoxos. Pero la huella de sus voces se presenta inevitablemente interrumpida por un conjunto de factores contaminantes que dificultan su identificación.

Susana Gala Pellicer es es Profesora Ayudante Doctora del Departamento de Filologías y su Didáctica de la Facultad de Formación del Profesorado y Educación de la Universidad Autónoma de Madrid. Es Doctora por la Universidad de Alcalá (mención de Doctorado Europeo y el Premio Extraordinario de Doctorado). Completa su formación un Máster en Innovación Educativa por la Universidad Carlos III de Madrid. Entre sus líneas de interés se cuentan la didáctica de la lengua y la literatura, la literatura infantil y juvenil y el fomento de la lectura.

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