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El rector Rafael Garesse y el profesor Fernando Agulló reciben la Medalla de la Universidad Autónoma de Madrid en un emotivo acto

Premios y Reconocimientos

El rector Rafael Garesse y el profesor Fernando Agulló reciben la Medalla de la Universidad Autónoma de Madrid en un emotivo acto

El rector Rafael Garesse, máximo responsable de la UAM entre los años 2017 y 2021, y el profesor emérito de Física Aplicada, Fernando Agulló, recibieron hoy la Medalla de la Universidad Autónoma de Madrid en reconocimiento a su trabajo en el ámbito de la Educación Superior y de la Investigación. Rodeados de una amplia representación de la comunidad académica, familiares, colegas y amigos, ambos resaltaron en sus discursos la importancia del factor humano a lo largo de sus carreras profesionales.

27/04/2023
El profesor Fernando Agulló, la rectora Amaya Mendikoetxea y el rector Rafael Garesse (2017-2021). / UAM

El profesor Fernando Agulló, la rectora Amaya Mendikoetxea y el rector Rafael Garesse (2017-2021). / UAM

El solemne acto de entrega de la Medalla de la Universidad Autónoma de Madrid celebrado hoy en la UAM tuvo un marcado carácter de emotividad, potenciado por los discursos de sus protagonistas, el rector Rafael Garesse (2017-2021) y el profesor emérito de Física Aplicada Fernando Agulló.

En sus discursos, tras serles impuestas las correspondientes medallas por parte de la rectora Amaya Mendikoetxea, ambos docentes coincidieron en destacar la importancia que el factor humano tuvo a lo largo de sus complejas y singulares carreras profesionales, en las que además de la labor de gestión, no faltó el apoyo de sus familias y de sus seres más queridos.

Rafael Garesse (rector en una de las épocas más complejas que ha vivido la institución con la pandemia de la COVID-19) recibió con cariño la glosa que la rectora Mendikoetxea hizo de su paso por la UAM. “Tuve el placer de coincidir con él en mi etapa de vicerrectora de Relaciones Internacionales. Recuerdo sobre todo su firme y apasionada defensa de la Investigación y la Ciencia como herramientas de progreso de la sociedad del conocimiento, en línea con lo que ha sido y es un aspecto definitorio del carácter de nuestra universidad”, señaló la rectora.

Entre los logros alcanzados por Garesse en esta etapa como rector, Mendikoetxea destacó la vinculación con el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) (“una prioridad institucional que pudo vehicular a través del sello Campus de Excelencia Internacional, convirtiendo a nuestros campus -cito sus palabras- en uno de los mejores entornos de investigación y con la mayor concentración de talento de Madrid, España y probablemente de Europa”). Pero también puso de relieve otros hitos importantes en estos años, como la adquisición del Edificio Trimodular (hoy sede del Centro de Neurotecnología Spain Neurotech), las relaciones con la Alianza 4U, la Alianza CIVIS o la sectorial Crue Investigación, así como la creación de la Comisión Médica que guio la senda por la que la institución debía discurrir en tiempos de pandemia.

La rectora Amaya Mendikoetxea tras imponer la Medalla de la Universidad Autónoma al rector Rafael Garesse (2017-2021). / UAM

El rector Garesse, en ocasiones emocionado hasta las lágrimas, hizo un recorrido por toda su trayectoria personal, profesional y académica, desde los orígenes humildes de la farmacia que sus padres regentaban en Málaga (“en un barrio donde no había para comer, había para medicinas”), y que marcó su filosofía de vida, hasta los duros momentos de reconversión de una universidad presencial a una online cuando un Real Decreto obligó a la UAM, como al resto del mundo, a reinventarse en apenas unos días.

“Ser profesor de la UAM es lo mejor que me ha pasado en la vida”, repitió en varias ocasiones. “Yo era muy feliz con lo que hacía, pero el rector Sanz fue muy persuasivo y terminó convenciéndome de que fuera vicerrector. La UAM me había dado tanto que era el momento de intentar devolverle, al menos, un poquito”, precisó. Ocho años después se presentó a rector con un Equipo de Gobierno que también estuvo hoy presente en su homenaje. “Fue una decisión enormemente difícil. Durante mi periodo como rector he intentado proponer y llevar a cabo todas las reformas que pensaba que eran necesarias para construir una UAM del siglo XXI: un entorno investigador de máximo nivel que proyectara una docencia de alta calidad y un fuerte compromiso social”, afirmó.

La rectora Amaya Mendikoetxea impone la Medalla de la Universidad Autónoma al profesor Fernando Agulló. / UAM

Seguidamente fue el turno para el profesor Fernando Agulló. “No hay nada más bonito que ser reconocido por tus propios compañeros. Alrededor de la figura de nuestro profesor emérito Fernando Agulló y miembro honorario del Centro de Micro-Análisis de Materiales (CMAM), hay un consenso total. No solo en cuanto a su labor de investigación, docencia y gestión, sino en cuanto a sus cualidades personales y su forma de desenvolverse en la vida y en la academia”, dijo de él la rectora antes de imponerle la medalla (en la imagen superior). “El profesor Agulló pertenece a esa generación que vino a la UAM no a hacer currículum sino a hacer Universidad […]. Fue de esas personas que aportaron a la institución más de lo que recibieron de ella, admiración, respeto y cariño, que es lo que se respira de lo que estudiantes, compañeros y amigos han escrito sobre él”.

Por su parte, el profesor Agulló agradeció la imposición de la Medalla “que me ha llenado de ilusión a estas alturas, porque se trata de mi Universidad”. Y también tuvo un reconocimiento para el Departamento de Física de Materiales, la Facultad de Ciencias y sus compañeros, así como hizo especial mención a su esposa, Carmen, a la que conoció en la Junta de Energía Nuclear y quien le brindó su ayuda a todos los niveles, familiares y técnicos, como él mismo explicó. Y, como no, a su hijo mayor, Fernando, con el que ha colaborado en numerosas ocasiones y a su bisnieta, “un regalo de los dioses”.

El profesor Agulló narró la génesis de su propio trabajo y de la UAM, en plena dictadura, y el momento del cambio en el que las universidades tenían que desarrollar una gestión más autónoma y empezar a ser más competitivas. El momento en el que la UAM daba sus primeros pasos, en unas instalaciones provisionales en la Casa de Campo, hasta que en 1971 comenzaron a ponerse los cimientos de lo que hoy es el Campus de Cantoblanco.

En los últimos compases de su intervención, el profesor Agulló reflexionó acerca del papel que jugó la UAM en sus inicios dentro del contexto universitario español indicando que "la UAM supuso un cambio sustantivo en los modos de hacer de nuestras universidades y se convirtió en buque de insignia de la educación superior en España”.  Finalmente, posó su mirada en el futuro señalando que "deberíamos mantener aquel espíritu inicial de la UAM y apostar decididamente por la innovación y la creatividad […].Tenemos ahora nuevas y mejores herramientas que en esa fecha (década de 1970), de modo que espero que se generen pespectivas, ideas y proyectos para dar frutos al menos durante  otros 50 años. Adelante y larga y próspera vida a la UAM”. 

La comunidad universitaria estuvo representada por la rectora, el defensor del pueblo, el presidente de Crue Universidades, los rectores Mayor Zaragoza, Sanz y Garesse, el director general de Universidades de la Comunidad de Madrid, el presidente del Centro Universitario La Salle, vicerrectores, vicerrectoras, secretaria general, gerente, decanos y decanas, director de la EPS, y familiares, compañeros y amigos de los homenajeados.

La ceremonia comenzó con la llegada de la comitiva académica a la Sala Polivalente de la Plaza Mayor de la UAM, donde la Orquesta y Coro de la Universidad interpretaban el himno Veni Creator. La secretaria general, Alma Rodríguez Guitián, procedió sucesivamente a la lectura del reglamento de la Universidad para la concesión de la Medalla y, seguidamente, les fue impuesta esta distinción a ambos profesores de manos de la rectora Amaya Mendikoetxea, así como les fue entregado el diploma que la acredita.

El acto concluyó con el canto del himno Gaudeamus igitur.

Parte del público asistente en el Acto de Entrega de la Medalla de la Universidad de la UAM. / UAM