Actividad institucional
La UAM inviste doctor ‘honoris causa’ a lord Norman Foster
El prestigioso arquitecto británico ha pasado a formar parte del colegio de doctores y doctoras de la universidad en una solemne ceremonia presidida por la rectora Amaya Mendikoetxea que ha sido seguida por una amplia representación de la comunidad universitaria de la Universidad. Este reconocimiento, la máxima distinción académica de la institución, se le concede, entre otros motivos, por su “capacidad de imaginar espacios que dignifiquen la vida”, su “perspectiva profundamente humanista sobre cómo habitamos el mundo” y porque “su trabajo es una lección de humanidad”, como ha señalado la rectora en su discurso.
La rectora Amaya Mendikoetxea y lord Norman Foster, investido doctor 'honoris causa' por la UAM. / UAM
Lord Norman Foster ha sido investido hoy doctor honoris causa por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) en un solemne acto que ha puesto en el centro el humanismo y la importancia de construir un mundo mejor a través de nuestras acciones.
La ceremonia, presidida por la rectora Amaya Mendikoetxea, ha sido seguida por una amplia representación de la comunidad universitaria, quien ha esperado la llegada de la comitiva académica, dirigida por el maestro de ceremonias, mientras el Coro de la UAM interpretaba el himno Veni creator spiritus.
El secretario general Domingo Jesús Jiménez-Valladolid ha dado lectura al acuerdo del Consejo de Gobierno por el que se ha concedido el grado de doctor honoris causa a lord Norman Foster. Tras la laudatio pronunciada por el padrino, el profesor Diego Barrado, la rectora ha impuesto a lord Foster los símbolos que acompañan a la máxima distinción académica que concede la UAM: el birrete laureado, el anillo de la universidad, los guantes blancos y el Libro de la Ciencia. Una vez impuesta la medalla, ha pasado a formar parte del Colegio de doctores y doctoras de la Universidad Autónoma de Madrid.
Una reflexión sobre la ciudad del futuro
Las primeras palabras del discurso de lord Norman Foster han sido de reconocimiento y gratitud hacia las universidades de Manchester y Yale, donde recibió la formación que le ha permitido llegar a lo más alto en la Arquitectura. “Hace 70 años encontré el camino que me permitiría estudiar en la universidad: fue un viaje tortuoso que duró cinco años desde que dejé la escuela a los dieciséis y fui el primero de mi familia, de hecho de mi barrio, en entrar en la universidad”, ha explicado en inglés. “El efecto de esto fue una mayor conciencia y gratitud por el privilegio de aprender, por el don del conocimiento y las habilidades, un respeto verdaderamente profundo hacia quienes enseñan y comparten su sabiduría”, ha precisado. “Las universidades de Manchester y Yale cambiaron y moldearon mi vida a partir de entonces. Como arquitecto y urbanista, puedo relacionar lo que he hecho desde entonces —y sigo haciendo ahora— con mis años en esas universidades. Este acto es una oportunidad para compartir esos vínculos, rendir homenaje y honrar mi deuda con algunos de esos profesores extraordinarios”, ha señalado.
Durante su intervención ha querido reconocer a personalidades relevantes que han formado parte de esta etapa formativa de su vida (Paul Rudolph, Serge Chermayeff, Vincent Scully, Dennis Thornley). Además, ha lanzado una reflexión sobre “el interés paralelo por el urbanismo junto con la arquitectura”, que, según ha manifestado, “se ha transformado en una pasión por la importancia de las ciudades: son el futuro de nuestra sociedad global, su capacidad para generar riqueza e innovación”. “Para hacer frente al crecimiento demográfico —otros dos mil millones en los próximos 25 años— habrá que crear ciudades y ampliar las existentes. ¿Qué tipo de ciudades deberíamos fomentar – qué tipo deberíamos desalentar?”, se ha preguntado.
Y la respuesta, para lord Foster, está estrechamente relacionada con la sostenibilidad. “La ciudad ideal y sostenible probablemente sea densa y compacta, que tenga un núcleo histórico con barrios cercanos que sean seguros y saludables porque son transitables a pie, en bicicleta y bien conectados por transporte público. Comercios, escuelas, restaurantes y lugares de trabajo estarían al alcance fácil, así como parques y zonas verdes […]”. Una forma de transmitir este mensaje a los responsables políticos, ha explicado, es “la fusión de la academia con la práctica para crear un nuevo tipo de curso universitario para los líderes cívicos del futuro”. “Esto está ocurriendo ahora mediante una colaboración con la UAM y el Instituto de la Fundación Norman Foster. Junto con un enlace del MIT Media Lab, hemos creado un curso único sobre ciudades sostenibles”, ha precisado. “Cada año, una red de expertos mundiales en todos los aspectos del urbanismo interactúa con una promoción de unos 25 graduados que utilizan la tecnología digital más avanzada para trabajar con tres ciudades seleccionadas en proyectos piloto”, ha detallado. “Estoy profundamente agradecido por esa colaboración”.
Para concluir, el nuevo doctor honoris causa ha ofrecido un consejo a quienes están estudiando: “Es el consejo que yo mismo intento seguir: ser curioso, hambriento de conocimiento, atreverme a desafiar, pero ser buen oyente, arriesgarme, buscar liderar pero mantenerme humilde. Con ese espíritu de respeto y humildad me enorgullece recibir su generoso regalo de un doctorado honoris causa”, ha concluido.
“Su trabajo, una lección de humanidad”
La rectora Amaya Mendikoetxea ha destacado el papel humanista de Foster, el primer arquitecto y urbanista al que se le concede esta distinción en la UAM a propuesta de la Facultad de Filosofía y Letras.
Entre las múltiples razones para otorgarle el doctorado honoris causa, la rectora ha señalado que “su obra ejemplifica lo que está en el corazón mismo del humanismo: la capacidad de imaginar espacios que dignifiquen la vida, de crear lugares donde la belleza, la luz y la armonía estén al servicio de las personas”, además de definirle como "un visionario que ha transformado la ingeniosidad y la creatividad en un legado que nos inspira a todos”. “En cada uno de sus proyectos encontramos una idea que también define nuestra universidad: que el progreso no tiene sentido a menos que se dirija a ampliar la libertad, el bienestar y las posibilidades de las personas. Por eso le conferimos el grado de doctor honoris causa: porque su trabajo, más allá de planes y estructuras, es una lección de humanidad”, ha dicho.
En su intervención, la rectora ha citado ejemplos de la huella arquitectónica de Foster en su Bilbao natal. “La obra de Norman Foster no solo ha transformado ciudades: ha hecho que millones de personas se sientan, aunque sea por un momento, un poco mejor dentro de ellas”, ha asegurado.
En cuanto al vínculo que une a nuestra institución con la Fundación Norman Foster, Mendikoetxea considera “un privilegio poder colaborar en el Máster en Ciudades Sostenibles, un proyecto que pone en valor nuestro compromiso con los valores de desarrollo sostenible y la formación de calidad, el prestigio de nuestros centros y equipos de investigación y nuestra apuesta por la interdisciplinariedad y la unión entre la innovación tecnológica y los valores humanísticos”.
La rectora también ha querido destacar la importancia de una formación de excelencia y el poder de la universidad como motor social. “En la impresionante sede de la Fundación Norman Foster en Madrid, pude conocer más de cerca la obra y la filosofía del arquitecto icónico y también la historia de superación de un joven sin demasiadas posibilidades económicas que consiguió, con su esfuerzo y pasión, licenciarse en la universidad de su ciudad, obtener una beca para cursar un máster en Yale y crear una de las firmas de Arquitectura más relevantes del mundo”, ha compartido. “Sirva pues este acto para reivindicar y reforzar los valores universitarios, y la función de la educación, de la universidad, como ascensor social, capaz de reducir desigualdades, abrir oportunidades y permitir la movilidad social”.
Una aportación humanista
El doctorado honoris causa se concede a personas de extraordinarios méritos de carácter académico, científico, cultural, técnico o humanístico, de reconocido prestigio nacional o internacional y que contribuyen notablemente al desarrollo y promoción de los valores de la UAM o mantienen una estrecha vinculación con esta institución.
En la laudatio pronunciada por el profesor de Geografía Humana de la UAM y padrino del nuevo doctor, Diego Barrado, este ha definido a lord Foster como “un profesional que ha llevado a la arquitectura mucho más allá de la técnica, y que ha sido reconocido ya muchas veces como un humanista y por su aportación a la cultura de las últimas décadas”. Además, ha remarcado su “conexión con la Geografía”. “El candidato es, además de arquitecto, diseñador de grandes infraestructuras y planificador urbano. Como tal, ha marcado en gran medida, y seguirá marcando sin duda, el devenir de muchas ciudades y territorios”, ha dicho.
Entre las personalidades asistentes a la ceremonia se encontraban los vicerrectores y vicerrectoras de la UAM, el presidente del Consejo Social, el secretario general, el gerente, decanos, decanas y el director de la Escuela, así como la esposa de Lord Norman Foster, Elena Ochoa, y una amplia representación de la comunidad universitaria.
El acto ha concluido con la interpretación del himno universitario Gaudeamus igitur a cargo del Coro de la UAM, bajo la dirección de José María Álvarez.












