Accede a Declaración de AccesibilidadAccede al menú principalAccede al pieAccede al contenido principal
Español

Palabras filmadas (46): El velo pintado (The painted veil, 2006)

Biblioteca de Humanidades

Palabras filmadas (46): El velo pintado (The painted veil, 2006)

Crítica de la película El velo pintado, dirigida por John Curran y estrenada en 2006

29/06/2022Cine
Tráiler de la película El velo pintado, de 2006
Botón Reproducción

Ambientada en los primeros años veinte del siglo pasado, la película El velo pintado es la historia de la redención de una mujer, un viaje vital hacia la transformación y la superación personal.

La protagonista del filme, Kitty Garstin (Naomi Watts), es una joven londinense de familia acomodada, frívola y superficial, educada para casarse bien y ser la perfecta ama de casa, aunque no es un destino que, en el fondo, a ella le agrade. Pero ya tiene 25 años y sus padres se impacientan porque aún no se ha prometido, al contrario que su hermana pequeña que amenaza con tomarle la delantera.

En una fiesta conoce a un científico, el doctor Walter Fane (Edward Norton), un joven bacteriólogo que queda prendado de ella. La indiferencia de Kitty torna en interés cuando Walter le propone matrimonio al comprender que es su oportunidad de abandonar la casa de sus padres y acallar suspicacias.

El trabajo de Walter los lleva a trasladarse a Shanghái, donde su vida en común pone en evidencia lo diferentes que son. Kitty empieza a aburrirse de su esposo y entabla una relación amorosa con un diplomático norteamericano, Charlie Townsend (Liev Schreiber), casado con una mujer muy influyente y notorio mujeriego. Walter acaba descubriendo el engaño y plantea un formidable ultimátum a su mujer: o le acompaña a Mei-tan-fu, una aldea en el interior de China, asolada por una terrible epidemia de cólera o pide el divorcio alegando adulterio, con el consiguiente escándalo que provocaría la muerte social de Kitty. Ante el desespero de ésta, su amante se niega a romper con su mujer y no le queda otro remedio que acompañar a su encolerizado esposo en su temeraria aventura.

Tras un largo y penoso viaje en el transcurso del cual le queda claro que el amor de Walter hacia ella ha sido reemplazado por el despecho y la indiferencia cuando no por el desprecio más absoluto, llegan a la aldea. Walter empieza a trabajar en el hospital, luchando contra la epidemia y tratando de encontrar la manera de evitar que se extienda aún más con la ayuda del personal médico y del ejército chino. Por su parte, Kitty, harta de compadecerse de sí misma y de su desgracia y una vez asimilado el fracaso de su aventura sentimental, despierta de su estupor y, dejando de lado poco a poco su egoísmo y su frustración empieza a colaborar con las monjas de un convento cercano cuidando de los huérfanos que estas acogen con el fin de evangelizarlos y ayudarles a salir de la pobreza.

Su cambio de actitud, ese apartar el velo pintado tras el que todos nos escondemos para ver la vida real, según la cita de Shelley (… el velo pintado al que quienes viven llaman Vida), la acerca a Walter, a quien admira por su coraje y su abnegación, mientras que éste empieza a sentir cómo su apasionado amor por ella vuelve a revivir.

Sin embargo, la crudeza de la epidemia, que hace estragos entre los campesinos, lleva a Walter a tomar decisiones impopulares para detener los contagios pues chocan con las supersticiones locales en un momento de gran agitación política para el país, que está empezando a dejar atrás el feudalismo y la tutela extranjera para abordar la revolución, dando lugar a situaciones llenas de dramatismo.

El velo pintado se basa en la novela de 1925 del mismo título de William Somerset Maugham (París, 1874-Niza, 1965) escritor británico muy popular en los años treinta y cuarenta del siglo XX para después pasar de moda y quedar prácticamente en el olvido. De pluma acerada y estilo directo y realista, era un estudioso de las relaciones humanas que diseccionaba sin contemplaciones en sus libros. Varios de ellos fueron objeto de adaptaciones cinematográficas destacando las de sus dos obras maestras, Servidumbre humana (Of Human Bondage, 1934) y El filo de la navaja (The Razors Edge, 1946) protagonizadas por actores de la talla de Bette Davis y Leslie Howard y Tyrone Power y Gene Tierney respectivamente, con gran éxito de público y crítica. Muy celebrada fue también La carta (1940), un hito en la carrera de Bette Davis, basada en la obra teatral del mismo título.

El velo pintado fue adaptada al cine por primera vez en 1934 protagonizada por Greta Garbo y Herbert Marshall; posteriormente Eleanor Parker hizo otra versión en 1957.

En 2006 se rodó la tercera versión, un proyecto personal de su protagonista masculino, Edward Norton, que había realizado estudios orientales y tenía interés por la cultura china. Junto con Naomi Watts, su antagonista en la película, se convirtió en productor del filme, un producto conjunto entre EE. UU., Canadá y China, aunque tuvo problemas en su estreno en este último país por culpa de la censura.

El resultado es un hermoso melodrama de sabor clásico en el mejor sentido de la palabra pues lo tiene todo para resultar inolvidable al espectador: un sólido guion que parte de la obra de Maugham, modernizándola y dotándola de un romanticismo del que carece el original; unos magníficos actores encabezados por el genial Edward Norton que, de nuevo, demuestra ser uno de los mejores actores que ha dado el cine actual como el enamorado Walter Fane,  un hombre tímido y discreto que sabe esconder cuidadosamente sus pasiones, bien secundado por Naomi Watts como Kitty, estupenda en su evolución de joven frívola a mujer plenamente responsable y madura y los secundarios Liev Schreiber (Charlie), Toby Jones (el agregado  diplomático Waddington) y Diana Rigg (la madre superiora del convento); una banda sonora obra de Alexandre Desplat que le valió un Globo de oro, complementada con la música de Erik Satie (Gnossienne n.1) y alguna canción popular (A la claire fontaine  en una muy dulce y emotiva versión, a cargo de  un coro infantil), así como una ambientación colonial y unos paisajes maravillosos (fue rodada enteramente en China) envueltos en melancólica bruma, todo bajo la eficaz dirección de John Curran.

Más información

En este enlace puedes leer todas las críticas de las películas de la serie Palabras filmadas.