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Ángela Bernardo: “Se puede aportar mucho a la ciencia desde otras áreas que no impliquen necesariamente un laboratorio”

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Ángela Bernardo: “Se puede aportar mucho a la ciencia desde otras áreas que no impliquen necesariamente un laboratorio”

Durante su formación científica, los estudiantes acostumbran a pensar que sus salidas están abocadas a la vida académica. Encontrar referentes fuera de la "norma" empieza a ser más fácil, aunque poco frecuente. Ángela Bernardo, periodista científica en la Fundación Civio, es un excelente ejemplo de todo lo que se puede conseguir disfrutando a partes iguales de las ciencias y las letras, sin tener que renunciar a ninguna.

25/03/2021Mario Juarez
La periodista científica Ángela Bernardo / Ciencia en redes

La periodista científica Ángela Bernardo / Ciencia en redes

No es fácil entrevistar a alguien como Ángela Bernardo (León, 1988), una de las promesas del periodismo científico en España. Aunque actualmente es redactora de ciencia en la Fundación Ciudadana Civio, le ha dado tiempo a pasar por medios como Hipertextual, JotDown y el diario iLeon, por nombrar algunos. A pesar de su juventud, ya ha hecho correr ríos de tinta, que están ratificados por una generosa lista de premios que no ha parado de engordar desde el Next Generation of Science Journalist Award  del World Health Summit en 2014 y que acaba, por ahora, con el Concha García Campoy de periodismo digital el año pasado.

Por comenzar por lo evidente. Biotecnóloga, periodista, abogada… ¿En qué quedamos? ¿Cómo se cambia la pipeta por los micrófonos y la pluma?

Yo empecé biotecnología con el objetivo de dedicarme a la ciencia, pero siempre me había gustado escribir, aunque por entonces lo tenía más como un hobby porque no me consideraba muy buena en ello. Casi terminando la carrera tuve la suerte de empezar a colaborar con el diario iLeon, de forma no remunerada y con pocos artículos, pero me disfrutando mucho de la experiencia. Aunque la vocación que yo tenía de dedicarme a la microbiología seguía ahí, empecé a descubrir que la parte más social de la ciencia también me llamaba mucho la atención. De hecho, la tesina de la licenciatura acabé haciéndola sobre patentes biotecnológicas, dándome también cuenta de que me gustaba este ámbito del derecho. Fue más tarde, durante el máster y las clases impartidas por Gema Revuelta cuando verdaderamente descubrí que aquel hobby que tenía en la adolescencia era a lo que verdaderamente quería dedicarme. Quería hablar de ciencia, poder contársela a la gente. Y empecé a dedicarme a ello mientras continuaba cultivando aquel gusto por el derecho cursando asignaturas por la UNED. No soy abogada, que conste, pero ahora mismo estoy terminando la tesis en temas jurídicos.

Porque a parte de tu labor como periodista, actualmente también estás doctorándote en bioderecho, ¿en qué consiste?

El bioderecho una rama bastante desconocida del derecho, que se encarga de analizar toda la regulación que hay sobre materias relacionadas con la biotecnología. No solo en biomedicina y salud, como se podría pensar, sino también en otros campos como la agricultura y los organismos modificados genéticamente, que es uno de los temas más polémicos. En España se empieza a gestar de forma más seria a partir de los años noventa con la Cátedra de Derecho y Genoma Humano de la Universidad del País Vasco, como respuesta a las ideas que surgieron en torno a la bioética durante el siglo pasado. Y el tema de mi tesis es precisamente este, analizar las implicaciones jurídicas y éticas de la edición genética.

Entonces vemos que ciencia, comunicación, derecho… no hay nada excluyente. ¿Cómo se podría transmitir que hay mucho más allá de la bata a las próximas generaciones?

Para mí fue un descubrimiento saber que muchos comunicadores y periodistas en realidad venían de una carrera científica. Cursando el máster en Barcelona me encontré con gente como Luis Quevedo e Isabel Troitiño y claro, te sorprendes, porque esta no es una salida profesional que se promocione mucho en las aulas de ciencias. Al menos por mi experiencia en León, parece que cuando entras en la carrera te tienes que dedicar, sí o sí, al laboratorio y la investigación. Y no es así. Una carrera científica te da unas bases que luego pueden servirte para transferencia de tecnología, patentes o gestión cultural y esto también hay que decirlo. A mí también me ayudó tener referentes como Materia o la Agencia SINC, en los que ves buenos ejemplos de periodismo científico. Hay un fuerte componente personal en esto de “buscar tu propio camino” que, por supuesto, hay que tener en cuenta.

Teniendo todo esto en cuenta, ¿cómo se vive ese momento en el que dices: “no más laboratorio”? ¿Da vértigo?

A mí me dio cierto vértigo, es una buena descripción y creo que es normal. Hasta el último momento yo seguí dudando entre microbiología y comunicación, porque como te comentaba antes, la última no es una salida de la que se hable, prácticamente. Creo que es una vivencia que comparte también la gente que decide dejar la ciencia académica habiendo terminado la tesis, o estando ya en una fase posdoctoral. Puede hasta llegar a percibirse como un fracaso, porque lo que más se fomenta es la vía académica y esto no puede ser. Contribuir con una tesis y seguir por ese camino está muy bien, pero se puede aportar mucho a la ciencia desde otras áreas que no implican necesariamente un laboratorio. Es muy importante que los investigadores interioricen que sus resultados tienen que llegar a la gente, y por eso es crucial que haya unidades de comunicación en universidades y centros de investigación dotadas de los recursos para poder funcionar plenamente. De hecho, la pandemia nos ha señalado la necesidad de que haya gente especializada que divulgue e informe de su campo. Esto tampoco quiere decir que el periodista tenga que tener una formación científica obligatoriamente, pero sí que tenga las herramientas y fuentes adecuadas para afrontar noticias de ciencia sabiendo qué utilizar y a quién recurrir.

Para cerrar, un poco de filosofía. ¿Cómo ha influido tu bagaje científico en tu labor como periodista y cómo ha cambiado tu percepción de la ciencia desde que te dedicas a la comunicación?

Pregunta difícil (ríe). Estudiar una carrera de ciencias te aporta bases para saber a qué fuentes llamar a la hora de llevar una noticia científica. Te permite identificar rápidamente quiénes pueden ser los referentes en un campo para recurrir a ellos para noticias o reportajes. En cuanto a qué me ha dado el periodismo, diría que una perspectiva más crítica de la ciencia. No sé si fue Pampa García Molina o Antonio Calvo quien dijo aquello de que a veces, cuando salimos de una carrera de ciencia, tenemos una actitud de  cheerleader , pensando que la ciencia es lo mejor. Es cierto que este campo nos ayuda a entender el mundo y que tiene múltiples beneficios, pero el mundo de la investigación tiene problemas que a veces pasan desapercibidos para los científicos. Creo sin duda que el periodismo me ha dado la perspectiva suficiente para identificarlos y poder contarlos mejor.

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Mario Juárez Rodríguez es biotecnólogo por la Universidad de Salamanca con máster en bioingeniería por la Universidad de Edimburgo. Tras probar la bata de laboratorio, está redescubriendo la ciencia desde otro ángulo que implica más micrófonos, libretas y tinta. Actualmente se encuentra curioseando sobre comunicación, diplomacia científica y periodismo mientras cursa el título de Experto en Comunicación Pública y Divulgación de la Ciencia de la UAM.